Leo el artículo de Antonio Sempere del 23 de diciembre y no puedo estar más de acuerdo. Vicente Espadas, al que tengo el gusto de conocer desde mi más tierna infancia, según manifestó en estas páginas (muy atinada, como siempre), mi vecina Mercedes Gallego, es una gran persona, además de un excelente profesional y perfecto conocedor de su negocio.

Y no podemos olvidar que los cines Aana fueron los únicos de la ciudad que estuvieron abiertos durante la pandemia. Pese a perder mucho dinero, Vicente no quiso dejarnos a los habitantes de la terreta huérfanos del séptimo arte. Y, para algunos fue un refugio. Salida al cine, luego encargábamos algo para cenar en La Folie o San Telmo (que entre otros optaron por luchar durante el confinamiento y nos ofrecieron un gran servicio) y luego en casa añadíamos una cervecita, y tan felices.

¿Quieres comprobar lo lamentable que es tu nivel de inglés? En los cines Aana tienen películas en V. O. los jueves; con la poca gente que acude a estas sesiones, son deficitarias seguro. Pero es un servicio más que se te da.

Destaco también la amabilidad de todos los empleados de los cines, además de los bonos de 10 entradas por 40 €, valedero todos los días. Es prácticamente el precio de una entrada del día del espectador, para cualquier día de la semana, incluidos festivos.

Estoy pensando, ¡qué gran alcalde se ha perdido Alicante!

Así que me sumo a Antonio: ¡Viva Don Vicente Espadas! Cómo cantaba Tequila en 1980, "no, no, que el tiempo no te cambie". Y, a estas alturas, creo que va a ser difícil.