Si escuchamos los sonidos de toda esta putrefacta y desleal guerra de intereses, poder e interesados sin escrúpulos, percibimos esa lluvia persistente y repicante de diputados, barones o chupatintas entregados a la desesperación de salvar sus culos o cargos políticos o institucionales. Hipocresía pura y dura, ni afectos ni gaitas, las dudas no gravitan por sus mentes, lo han dejado solo, tirado como un perro abandonado. Estos son los patriotas que no pueden ni saben rendir pleitesía ni respeto por su líder político. Las dudas retumban en sus mentes, y se entregan en brazos del mejor postor, porque parece que ahora sí, Núñez Freijó puede acceder a liderar este buque que zozobra, porque en el PP lo único que prevalece a la hora de ocupar el liderazgo, son los buenos resultados conseguidos.

Pido perdón por meter las narices donde no me llaman, pero me ha parecido horroroso este vergonzoso enfrentamiento en el seno del PP, donde han cortado las alas a García Egea y a Pablo Casado para que dejasen de otear la espesura en el horizonte, en tanto nos han dejado a los demás sumidos en el espanto, y al PP abocado a horas oscuras. Aunque Freijó se convierta en su mandamás, esta cobarde escenificación de ruidos de sable y cañonazos, abre la puerta en el futuro, a cualquier facción ladina para echar del liderato al jefe.

Conste, que pongo en valor la lealtad mostrada hasta el final del periodista Pablo Montesinos, quien por cierto no me gusta nada, pero que ha sabido salir con la cabeza bien alta en medio de este teatro lleno de divos, mezquinos y podredumbre. Ya no veo en Freijó al hombre prudente y reflexivo, aupándose de esta manera al liderazgo del PP, ha perdido la oportunidad de llegar a el como señor, llamando a la puerta e irradiando fuerza y carácter.