Después de estar los vecinos y comercios de la calle Padre Esplá más de catorce meses (previsión de obras siete meses) incomunicados, los ancianos (la mayoría del vecindario) corriendo el riesgo de sufrir un accidente, soportando las molestias de las máquinas excavadoras y taladradoras, los comercios con una notable reducción de afluencia de clientes, todo ello para conseguir una mejora de la urbanización de la calle y creación de una plaza donde ensancha la calle, ahora no se le ocurre otra cosa al Ayuntamiento que autorizar la instalación del facó fogueril de la Hoguera Sagrada Familia en dicha plaza recién inaugurada.

¿Para qué han servido los casi tres millones de euros invertidos?

¿Para qué han estado los obreros arrodillados tres y cuatro meses para instalar las famosas teselas (pequeños adoquines) portuguesas en dicha plaza?

¿Cómo va a quedar las mismas teselas y plantas después de cinco días de pisotearlas los festeros? Yo ya me lo imagino.

Pero no pasa nada, el Ayuntamiento volverá a gastar el dinero de todos los contribuyentes para reparar los desperfectos de tamaño despropósito.

La faena del matalafer: fer y desfer.