A unos días de comenzar las rebajas y ofertas del Black Friday no puedo evitar pensar en cómo este evento influye en nuestra sociedad y nuestra forma de comprar. Hay publicidad anunciando el esperado día en cada rincón, ya sea en una tienda, en una página web o en el buzón del correo electrónico. Es imposible no vivir alejada de este día sin recibir un anuncio incitando a la compra.

Pero si el comercio no es suficiente para darle publicidad, ahí están los amigos proponiendo la quedada del viernes para dar una vuelta y ver las tiendas. Una vez más pareces verte arrastrada a la tentación de gastar y caer en la trampa ¿La gente no piensa en las diferentes estrategias que hay detrás? ¿Lo sabemos y no queremos darnos cuenta?

Su éxito es el reflejo de la sociedad actual, donde indirectamente se fomenta el consumismo. A veces esto conlleva un deseo compulsivo a las compras sin necesidad y, por tanto, un hábito poco ético y sostenible para nuestro planeta. Tenemos mucha información a nuestro alcance, pero parece que solo nos informamos de lo que nos interesa.