¿Es Rabasa un nuevo campo de refugiados de la ONU?

Los vecinos de Rabasa observan indignados como poco a poco el campo por el que pasean todos los días y hacen vida, se está convirtiendo en un campo de refugiados de la ONU a nivel local

Gente viviendo en tiendas de campaña

Gente viviendo en tiendas de campaña / David Costa

David Costa Milan

Welcome Refugees, esa es la nueva señal que va a instalar el Ayuntamiento de Alicante en la rotonda de la fuente de Rabasa en vez de la de Barrio de Rabasa. Como si de un campamento de refugiados se tratase, el campo de Rabasa se está llenado poco a poco de tiendas de campaña habitadas por gente sin hogar, que busca refugio y un lugar donde poder vivir.

Las tiendas de campaña que adornaban la subida del Castillo de San Fernando y en la Plaza Grafitero Kiz (Gran Vía a la altura de la Calle Teulada) desaparecieron por arte de magia de esas zonas, pero no por haberles encontrado una solución a esas personas necesitadas, sino para trasladar el problema a un sitio más escondido donde se note menos la poca empatía y la carencia de políticas sociales del Ayuntamiento de Alicante para con los que más ayuda necesitan. La solución que se les dio a estas personas es la llamada ¨patada adelante¨, movemos a la gente de sitio y trasladamos el problema a otros vecinos que todavía no han empezado a quejarse.

Con esta política, no de solucionar problemas sino de trasladarlos para que se conviertan en problemas de otros, el Ayuntamiento mueve las tiendas de campaña hacia el Barrio de Rabasa, donde si tienes 29.99€, puedes acercarte a la tienda de deportes cercana al barrio y comprar una tienda de campaña para dar solución habitacional en un barrio tranquilo y familiar como es Rabasa. Además, este problema no es nuevo ni coge por sorpresa al gobierno de la ciudad, el problema ha existido con ambos colores de los partidos mayoritarios que han gobernado la ciudad, de hecho, los colonos más antiguos han construido sus pequeñas edificaciones y creado sus pequeñas parcelas desde hace ya una decena de años, sin que nadie ponga ningún tipo de remedio. Son tantos los años que llevan en posesión de los terrenos, que seguramente podrían ejercer el derecho a usucapión de los mismos, teniendo la posibilidad de reclamar la propiedad de estos por el transcurso del tiempo ocupado.

Los vecinos de Rabasa observan indignados como poco a poco el campo por el que pasean todos los días y hacen vida, se está convirtiendo en un campo de refugiados de la ONU a nivel local, llenándose de tiendas de campaña, basura y escombros que vierten los cívicos alicantinos ante la pasividad de la policía local. Desde la Asociación de Vecinos Sagrada Familia de Rabasa, se ha solicitado reuniones tanto con el Alcalde de Alicante como con el Concejal de Seguridad, para que den una solución a este campamento de la vergüenza, que cada día se hace un poco más grande. Obviamente, como muchas otras peticiones que se le han hecho al consistorio de Alicante, la respuesta siempre es la misma, ninguna, haciendo mayor la indignación de los vecinos de Rabasa, al demostrarle el Ayuntamiento que son alicantinos de segunda y que deberían callarse y conformarse con la reurbanización que se hizo a medio barrio hace un año.

Corriendo las fechas que son y estando en año de elecciones, pensábamos que igual el Alcalde se dignaría a visitar el barrio y comprobar la solución habitacional con vistas al Castillo de Santa Bárbara que se ha dado desde la Concejalía de Acción Social del Ayuntamiento de Alicante a las personas sin hogar de esta ciudad, pero igual que otros candidatos se acercan al barrio para hablar y conocer los problemas (pequeños o grandes) que podamos tener en nuestro barrio, el señor Barcala, y ninguno de sus concejales, han dado señales de vida ni se les espera que vengan a visitarnos. No sabemos si tienen miedo a la crítica o a que les llenemos la cabeza de quejas menores sobre bancos rotos y contenedores que no abren bien.

Los vecinos de Rabasa solo pedimos que desde el consistorio se cumplan las expectativas que tenemos en nuestros dirigentes, independientemente del color o ideología que tengan. No queremos promesas que nunca llegan ni patadas adelante que muevan el problema a otro punto de la ciudad, aunque en el P.A.U. 5 de Alicante hay zonas verdes con más sombra y servicios donde poder acampar. Queremos un barrio mejor, más seguro, con mejores comunicaciones y por supuesto, no convertirnos en el nuevo Moria Alicantino.