Estamos a las puertas del infierno

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en la semana de Alto Nivel de Naciones Unidas en Nueva York.

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en la semana de Alto Nivel de Naciones Unidas en Nueva York. / MONCLOA

María Antonia Montesinos

María Antonia Montesinos

El mes pasado se celebró el 78 periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas en New York, en el marco de la ONU. Su actual Presidente, Antonio Guterres, dijo, entre muchas otras cosas, que estamos a las puertas del infierno. Miles de científicos coinciden en que es urgente limitar el aumento de la temperatura global, que en los últimos años ha subido cerca de dos grados. El cambio climático es una realidad y todos estamos viendo las graves consecuencias: las lluvias torrenciales, los incendios, la sequía... Esta última avanza a gran velocidad convirtiendo las zonas cultivables en grandes secarrales. También, los veranos de temperaturas insoportables y con unas noches tropicales que hace difícil conciliar el sueño.

Por lo tanto se trata de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para preservar la salud de todos los ciudadanos. Para ello la ONU dicta una serie de medidas que está en la mano de la mayoría de ciudadanos, como es: caminar o ir en bicicleta al trabajo, utilizar el transporte público, cambiar el coche de combustible fósil por el modelo eléctrico... Medidas que ya recomienda también la UE con el compromiso de la agenda 20/30.

Desgraciadamente, estamos viendo cómo en ciudades como Elche y muchas otras, dónde ha entrado a gobernar el gobierno PP-VOX, están eliminando los carriles bici y devolviendo todas las vías a los coches para seguir contaminando las ciudades. Ya que VOX niega el cambio climático. El Gobierno ya ha advertido que tendrán que devolver el dinero que la UE les concedió para construir esos carriles bici. Los cuales estaban ayudando a descongestionar el centro de las ciudades, promoviendo una calidad de aíre menos contaminado.

No tenemos otro planeta y éste que tenemos ha dicho «basta ya de maltratarme», ahí están las consecuencias y la negativa de los negacionistas.