Distrito único

Sofia Morales Garrido

¿Tienen los padres y madres el derecho a elegir libremente el colegio en el que se eduquen sus hijos?. Naturalmente que sí.

Entonces, ¿por qué hay tanta polémica para liberar las zonas asociadas a centros determinados y así permitir que el alumnado acuda al centro que le parezca mejor a sus familias?

La respuesta está en la primera oración de este escrito: elegir libremente .

Una pregunta más: ¿podría una familia colombiana, llegada hace 3 años a Alicante, con trabajo para ir tirando, creyente, católica, estructurada, con dos hijos de 13 y 14 años, llevar a sus hijos a estudiar a cualquier colegio privado tutelado por religiosos, con una gran profusión de actividades extraescolares atractivas como la hípica, la natación o las regatas en canoa?. ¿Un centro con un buen comedor, con una estancia el él de varias horas por la tarde para tareas de repaso y con un transporte escolar puerta a puerta?.

La respuesta es, ahora no.

¿Qué falta? Que todos los centros educativos tengan las mismas ofertas independientemente de la zona en la que se encuentren. Independientemente de si son centros sostenidos con fondos públicos (colegios públicos y concertados) o si son centros privados.

Falta que todas las familias puedan acceder a ellos independientemente de su poder económico, de su religión, de la distancia al centro que elijan. Independientemente de cualquier parámetro que se pueda solventar con becas y ayudas para, de verdad mantener la equidad y la libertad de elección.

No parece que dar un punto del baremo, para conceder plaza, al libre albedrío del propio centro vaya a facilitar que se reduzca la endogamia que se produciría con el distrito único,

Quedan muchos argumentos por añadir, pero para resumir dote la Administración educativa de becas y material que iguale a todos los centros y libere después la elección de los padres.