El exlíder del Consell Francisco Camps se mostró tranquilo ayer en los pasillos de las Cortes después de que el pasado martes la Sala de lo Civil y lo Penal del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) decidiera no imputarle en Nóos por no encontrar indicios de delito en las negociaciones previas a la firma del convenio de Valencia Summit, por el que el Instituto presidido por el Duque de Palma percibió alrededor de tres millones de dinero público. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, también se libró de la imputación.

Francisco Camps remarcó que la administración valenciana «funciona extraordinariamente bien» y lamentó la «condena prematura» que ha vivido así como la «extrema dureza» con la que «desde determinados ámbitos se trata a los políticos». Además, resaltó que es «imposible» que puedan ocurrir cosas con las que con demasiada frecuencia estos últimos meses ha venido escuchando con «cierta liberalidad en algunos ámbitos».

Por su parte, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, sacó la cara ayer por su antecesor, Francisco Camps, así como por la primera edil de Valencia, Rita Barberá. «Lo único que hicieron fue trabajar para la Comunidad» a la par que aseguró que siempre «confió en su inocencia», resaltó el jefe del Consell en los pasillos de las Cortes. Manos Limpias solicitará al juez Castro que cite como testigos a ambos dirigentes, algo a lo que, en principio, el magistrado podría no acceder.