Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La Real Senyera que se expone estos días en un lugar preferente del Ayuntamiento de València.EFE

Un 9 d'Octubre entre el «tacticismo» electoral y la reivindicación a Madrid

Las claves, la presencia de Pedro Sánchez en el acto institucional del Palau de la Generalitat y la batalla por la cercanía de las elecciones autonómicas

La Comunitat Valenciana celebra hoy un 9 d'Octubre envuelto en dos grandes asuntos que marcarán la agenda política de los próximos meses: el «tacticismo» a la caza de votos con la mirada puesta en las próximas elecciones municipales y autonómicas que se celebrarán en mayo de 2019; y la reivindicación a Madrid de un «trato justo» para la Comunidad en el reparto de las inversiones y de la financiación para poder atender los servicios que competen a la Generalitat. Ya todos los partidos estan mirando a unos comicios en los que, como apunta el sondeo publicado hoy por este periódico, los dos principales socios del Botànic -el PSPV y Compromís- aspiran a volver a gobernar en solitario con una mayor dosis de estabilidad mientras que el PP y Ciudadanos están en una batalla por la hegemonía de la derecha que, sin embargo, les deja, a estas alturas, todavía lejos de contar con opciones de llegar al Palau.

Los grupos políticos aprovecharán esta jornada para visibilizar su posición de cara a esos comicios. El presidente de la Generalitat y número uno de los socialistas valencianos, Ximo Puig, y la vicepresidenta y líder de Compromís, Mónica Oltra, van a ofrecer, desde luego, su perfil más institucional durante la celebración. Son conscientes de que deben trasladar una imagen de estabilidad para mantener la cohesión de sus propias tropas -son dos de los partidos con un mayor nivel de fidelidad entre sus electores- y tratar de sumar al menos a una parte del gran volumen de indecisos -más del 30% de los electores- que dudan sobre su voto para dentro de unos meses. Esa será la estrategia hasta el final del mandato una vez que Ximo Puig ya ha descartado por completo un adelanto electoral en la Comunitat Valenciana. Había ganas en Presidencia pero, finalmente, ni hay unanimidad con los socios de gobierno, ni daría estabilidad a Pedro Sánchez que necesita los ahora decisivos votos de Compromís en el Congreso para sacar adelante sus presupuestos, ni tampoco hay demasiadas ganas de una convocatoria que haría coincidir en el tiempo las elecciones valencianas con las andaluzas, ya fijadas para primeros de diciembre por Susana Díaz.

Es cierto que habrá diferencias puntuales entre los dos grandes socios del Botànic durante los próximos meses. Ayer mismo, sin ir más lejos, Compromís se sumó a la propuesta de Ciudadanos de borrar la circunscripción provincial de la ley electoral autonómica y provocó la réplica socialista a pesar de que parece muy complicado que vaya a salir adelante. «Es postureo», criticó Manolo Mata, síndic parlamentario del PSPV. Pero la «unidad de acción» que se escenificó durante el último debate de Política General entre Mata y el portavoz de Compromís en las Cortes, Fran Ferri, se mantendrá hasta las elecciones con la intención de ensayar una segunda versión del Consell del Botànic tras esa cita con las urnas. Una imagen que, sin duda, hoy exhibirán Puig y Oltra en un 9 d'Octubre que volverá a emitirse por televisión a través de À Punt después de casi un lustro de silencio tras el cierre de Canal 9 en noviembre de 2013. Una estrategia de las dos fuerzas que conforman el Consell que contrasta con la debilidad de Podemos, el socio parlamentario que, en estos momentos, se ha metido en una crisis que amenaza, incluso, su supervivencia a pesar del acuerdo electoral con EU.

En el otro lado del espectro político, el PP y Ciudadanos mantienen una lucha encarnizada por el liderazgo del bloque de derechas con un discurso muy parecido. Ambas fuerzas aprovecharon el 9 d'Octubre para reforzar su mensaje: agitar el conflicto lingüístico y el anticatalanismo como si fuera una competición. El PP anunció que trasladará al Senado una petición para que el Consejo de Ministros acuerde impedir las ayudas a entidades que no respeten el Estatuto o la Constitución. «Ximo Puig y el de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, son los responsables de los intentos de catalanización de la sociedad valenciana», aseguró Beatriz Gascó, portavoz de Educación del PP. Isabel Bonig pidió elecciones anticipadas y volvió a insistir en que el Consell del Botànic está «agotado» cuando, en estos momentos y con las encuestas en la mano, es la propia candidata del PP la que se está jugando su propio continuidad. Cs, que rentabiliza por ahora mejor esa pugna, presentó una queja ante el Síndic de Greuges en la que trata de sacar a la luz una supuesta discriminación del castellano en 205 colegios de toda la Comunidad, una cincuentena de ellas ubicados en Alicante.

Y con todo ese escenario político llega hasta València Pedro Sánchez, que será el primer presidente del Gobierno que acudirá a una celebración institucional del 9 d'Octubre justo después de la reunión que mantuvo hace unos días con Ximo Puig en la Moncloa. Un encuentro en el que se comprometió a incrementar las inversiones hasta el volumen de población de la Comunidad y a compensar a la Generalitat en tanto se resuelve el problema de la financiación. Ayer todos los grupos parlamentarios con representación en las Cortes pusieron en valor la visita pero le advirtieron que su presencia debe llevar aparejada «compromisos y una voluntad» con las reivindicaciones de los valencianos. Ya no vale con palabras. Y en eso existe una cierta unanimidad entre una sociedad que también está pendiente hoy de la tensión que se pueda vivir durante las manifestaciones de la tarde con la presión de los grupos de ultraderecha que puede empañar otra vez este 9 d'Octubre.

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.