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Císcar seguirá al frente del PP a pesar del nuevo liderazgo en la Diputacion

El presidente provincial de los populares se siente reforzado tras el resultado del 26-M y ya colabora con Carlos Mazón en su carrera al Palacio Provincial

José Císcar, en el centro de la imagen, acompañando a César Sánchez el pasado lunes. rafa arjones

César Sánchez se marchará del Palacio Provincial camino de Madrid para continuar con su carrera política en el Congreso de los Diputados. Le sustituirá Carlos Mazón en el liderazgo del PP en el Palacio Provincial. Y con toda seguridad, como máximo responsable de la Diputación con el respaldo de Ciudadanos. Mientras todo eso pasa, al frente de la dirección provincial del PP continuará José Císcar. El actual presidente de los populares alicantinos se siente reforzado tras el resultado electoral de los comicios municipales del 26-M y está seguro de seguir adelante para cumplir su mandato al frente de la organización. Con César Sánchez recogiendo ya su despacho en la Avenida de la Estación forzado por Pablo Casado que le ha dado una salida en Madrid para dedicarse a la vida parlamentaria, Císcar ya colabora con Carlos Mazón en su carrera para cuadrar el pacto que le permita llegar a la Diputación.

Como se recordará, el pasado lunes, el PP convocó un comité ejecutivo provincial en el que César Sánchez, obligado por las circunstancias y presionado por Génova para facilitar los contactos con Ciudadanos, hizo pública su decisión de renunciar a un segundo mandato en el Palacio Provincial. Desde Génova vendieron que se trataba de un ascenso para dedicarse en cuerpo y alma a la acción en el Congreso y a la vida en la sede popular. Es cierto que César Sánchez estará en la dirección del grupo del PP en la Carrera de San Jerónimo y en la comisión que controlará los pactos que surjan de estas elecciones. Pero también que eso es caza menor comparado con el poder de una diputación como la de la Alicante. Es un golpe de mano de Génova que genera un nuevo liderazgo en la figura de Carlos Mazón. Eso es una evidencia. Cuando el todavía presidente de la Diputación abandonó la reunión, José Císcar, para rebajar la alta tensión que se había instalado en el ambiente, lanzó como previa de su intervención una frase que ha terminado por desatar todas las especulaciones: «No os preocupéis. Hoy no habrá una segunda renuncia...». Esa alusión se ha interpretado en círculos populares como un mensaje de Císcar para preparar su marcha.

No será esa la hoja de ruta del dirigente popular a pesar de que es público y notorio que Pablo Casado le tiene puesta la cruz por su respaldo a Soraya Sáenz de Santamaría; y también que, cuando surgió la opción de Carlos Mazón para la presidencia de la Diputación, Císcar se alineó con César Sánchez. Pese a todo, el presidente provincial del PP va a continuar en el cargo y, por tanto, afrontará una nueva bicefalia, en este caso, con Mazón en el Palacio Provincial. Esa es su intención. ¿Cuáles son los motivos de esa decisión de José Císcar? Primero: se siente reforzado al frente del PP después de las elecciones municipales. No en vano, Alicante, como también ocurrió en las autonómicas, ha sido la provincia de la Comunidad Valenciana en la que los populares han resistido mejor hasta el punto de que, políticamente, van a visualizar una imagen de victoria si consiguen gobernar el Ayuntamiento de Alicante y la Diputación a pesar de quedar 20.000 votos por detrás de los socialistas. Es el territorio que, en estos momentos, sostiene al PP en una autonomía donde Valencia se ha convertido en un agujero negro. Y segundo: pasada la etapa de César Sánchez, Císcar considera que sigue teniendo el control territorial del partido en las comarcas y se siente con margen para aguantar.

Sobre el papel, esa cohabitación con Mazón no parece que vaya a ser sencilla. Hay muchas rémoras del pasado. Es un secreto a voces que el nuevo candidato a la presidencia de la Diputación tiene el aval del secretario general del PP, Teodoro García Egea, y que el murciano, casi desde el minuto 1 del mandato de Pablo Casado, tiene entre ceja y ceja a Císcar. Y también que, en la época de las luchas intestinas entre campistas y zaplanistas dentro del PP, Císcar ejerció como brazo ejecutor del entonces presidente de la Generalitat contra Joaquín Ripoll, durante ocho años al mando de la Diputación y jefe político de Mazón. En aquel momento, el hoy aspirante al Palacio Provincial era diputado y también el responsable del «aparato» del PP en Organización. Es verdad que, antes de que Luis Barcala llegara a la Alcaldía de Alicante, Císcar sopesó la opción de Mazón como alcaldable pero aquello quedó en segundo plano y nunca fue más allá de contactos.

No parece, con todos esos antecedentes que el camino vaya a ser sencillo. Pero, sin embargo, ambos saben que ahora no toca guerra. El primer empeño es resolver los pactos locales para que el PP logre todas las alcaldías que pueda. Ambos, sin ir más lejos, se vieron ayer para ir trabajando. Ni Mazón va a provocar, a día de hoy, un conflicto contra Císcar para relevarle. No le interesa generar una guerra interna. No es su perfil. Ni tampoco el presidente provincial del PP va a ir contra el enviado de Génova para la Diputación. Císcar es hombre de resistencia y ahora le toca con Mazón. Como antes con César Sánchez. A rey muerto... Así que están dispuestos a entenderse... al menos de momento. No les queda otra. Sólo falta ver hasta cuándo.

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