El futuro de Empar Marco se dirimirá hoy, en la segunda reunión que mantengan los consejeros de À Punt sobre la evaluación a su directora general. Se queda «por debajo de las expectativas», aunque «cumple con algunos objetivos», señala el informe del consejo rector que dirige Enrique Soriano. La reunión se alargó durante toda la tarde. Marco no estuvo presente, aunque fue el punto de la orden del día que más tiempo requirió. «Hace falta mejorar la dirección de personal y los servicios», conluye el informe, que cita como aspectos a mejorar la planificación, la capacidad organizativa, el trabajo en equipo y la asertividad. Entre los objetivos que no se han cumplido está la colaboración con la red de TDT, la promoción de la transición a la economía digital y la creación de contenidos transmedia. Este último era una de las grandes apuestas de la dirección.

Por contra, destaca el «liderazgo y la dirección», las habilidades operativas, las de gestión y las interpersonales. Además, cumple con la ley porque se ha promocionado el valenciano, se ha dinamizado el sector audiovisual, se ha puesto en marcha el medio de comunicación y se promueve la diversidad y el pluralismo. Así, según el baremo de la evaluación, la gestión de Marco aprueba con un 59 %, una nota por debajo de lo esperado. El consejo rector ha contrastado el informe de recursos humanos, el de clima laboral y el de gestión realizado por el propio consejo en base al contrato programa. La presentación del informe supone un punto de inflexión tras dos meses y medio de debate sobre el futuro de Empar Marco al frente de la radiotelevisión pública.

Ha estado cuestionada por los bajos índices de audiencia, los escasos ingresos publicitarios y una gestión de los 55 millones de euros públicos que la han puesto en el punto de mira durante los últimos meses. Incluso la programación de otoño, que aprobó el consejo la semana pasada, evidencia las dudas en torno a su gestión: la parrilla salió adelante con tres votos a favor, tres abstenciones y uno en contra. Aún así, el consejo, que por ley tiene potestad para cesarla, tendrá que decidir si prolonga su mandato hasta marzo, cuando pase una revisión final, o abre un nuevo horizonte donde sea otra persona quien dirija À Punt. Fue Compromís, precisamente, quien abrió ese debate interno hace solo unas semanas.