En unas elecciones se vota a un candidato u otro por varias razones; por ideología, simpatía, empatía con el candidato, por interés económico, por costumbre. En todas ellas la imagen que transmiten los candidatos que representan cada opción es fundamental para la decisión última, sobre todo para aquellos votantes que no tienen claro el sentido del voto y hasta el último momento no lo deciden. La imagen de los políticos debe proyectar sus valores de programa y debe ser auténtica y verdadera. Los pensamientos de los candidatos se reflejan en la cara, en la postura, en los gestos, en el tono de voz, al saludar, al sonreír, en el olor, incluso en la ropa, el corte de pelo y la combinación de colores que usan. Todo ese conjunto de movimientos y de imagen que refleja la manera que quieren relacionarse con los votantes lo llamamos estilo y este debe ser natural, lo más natural posible, puesto que se transmite más datos que con las palabras y no hay nada peor para un candidato que la falta de personalidad.

En las elecciones del 10N los candidatos tienen un problema añadido, hace sólo unos meses se celebraron unos comicios fallidos. No formaron gobierno pero fueron determinantes en el resultado, sobre todo de cara a este 10N. Sánchez ganó, es y actúa como presidente en funciones, Casado no ganó pero no perdió, actúa como jefe de la oposición, responsable y moderado. Rivera ganó pero perdió, por el ambicioso plan de superar al PP. Iglesias perdió pero no se hundió y Abascal ganó porque partía de cero. Todo esto ocurrió hace apenas unos meses, condiciona mucho las de este 10N. Veamos con que estilo encara cada uno este segundo asalto del combate y si es acertado o no, los votos nos lo dirán.

Como es habitual en mis intervenciones defino humildemente la imagen de nuestros candidatos a la presidencia de España.

Pedro Sánchez: el guapo desaloja de la Moncloa al feo. Mejora considerablemente, hay que felicitar a Iván Redondo que está realizando un gran trabajo. Recupera la camisa blanca, símbolo de pureza y bondad, camisa blanca remangada perfecto el doble de las mangas y corbata negra, emulando la misma imagen que Bob Kennedy u Obama tan admirados por Sánchez, lo que confirma un imitador de políticos de primera fila. Pero lo que no se puede imitar es la eterna sonrisa de Obama, es innata y natural, imposible de fingir. Las mangas remangadas con la corbata negra sin chaqueta denota cercanía e incansable trabajador, aunque debería de suavizar sus andares prepotentes y su actitud narcisista, eso le impide considerar las preocupaciones del ciudadano.

Pablo Casado. Después de los resultados de abril y en vista de las consecuencias, decide ser más moderado, se deja barba para no ser confundido por su competidor más cercano Rivera, era fácil confundirlos de lejos, jóvenes y también guapos, no es la imagen que mejor le queda a Casado, le propondría una barba de tres días y un bigote más tupido (estilo Brad Pitt), se diferenciaría igualmente y no se acercaría a la impecable barba de Abascal, su otro rival directo. Claro es que se ha modernizado consiguiendo una imagen más madura e interesante, aunque los cuellos de sus camisas le posicionan en el mercado "pijería" de la moderna sociedad.

Albert Rivera. ¿Qué le pasa a Rivera?, hoy se pone una camisa vaquera, mañana un traje, al día siguiente una camiseta con una rebeca... su imagen y su nerviosismo hace que dudemos de su argumento, su programa, es antinatural, en realidad es el que más sorprende, tiene alma de líder pero algo falla (no centra su tiro) no se sabe como va a aparecer en cuanto a imagen me refiero, eso no le hace ningún bien porque da sensación de falsedad y nerviosismo, la imagen que mejor veo para este candidato es camiseta blanca y rebeca negra con unos pantalones estilo "chinos". Ofrecería un estilo moderno, juvenil, emprendedor y "cultureta", su voto objetivo.

Pablo Iglesias. Candidato que se desvanece al mismo tiempo que gana kilos, vuelve a sus camisas arremangadas y prácticamente sin planchar. Imita a Sánchez con camisa blanca y corbata, algo más sofisticado pero sin renunciar a su estilo "progre", parece recién llegado de fiesta por la "no forma" de llevar la corbata, da una sensación de vago, despreocupado y descentrado, en su línea. Un detalle; su varita mágica (el boli) ha pasado de costarle treinta céntimos a otro que vale ciento sesenta y siete céntimos, en algo ha mejorado. Sería capaz de cortarse la coleta a cambio de un Ministerio, saquen ustedes sus propias conclusiones.

Santiago Abascal. Sabe bien lo que quiere, se viste para él y sus seguidores sin ofrecer duda alguna, de estilo sobrio. Su estético no admite dobleces, barba ligeramente en punta y perfectamente arreglada. Una de sus marcas fetiche es Fred Perry, es la marca de los Mods y Skinhead y lo sabe. Aunque estos movimientos están prácticamente en el olvido, él consigue movilizar a un público joven con las mismas inquietudes, es la marca de la corona de laurel, conseguirá hacer una marca política y se la arrebatará a los jóvenes de estilo alternativo. Da una imagen de seguridad y honestidad, por sus gestos y actitud da la sensación de que va a salvar al mundo... a quien le interese.

Íñigo Errejón. Tiene quince años más de los que aparenta. De momento lo único que ha modificado en su estilo son las gafas, las ha suprimido. Su imagen es de buena persona y su aspecto es de universitario, poco más puedo decir de Errejón, no creo que este barbilampiño pueda tener una barba como Abascal, ni creo que quiera...bienvenido a la candidatura presidencial.

Recuerdo la entrevista de mi primer trabajo, buscaban a una chica para trabajar en una peluquería, Stylo, un vecino me dijo que fuera a la entrevista ya que no tenía nada que perder. Yo que soy muy obediente me presente a la hora señalada, tenía dieciocho años, me acuerdo como si fuera ayer. Pensé en la ropa que me iba a poner; iba con pantalones estilo chino azul, camisa blanca y jersey de pico ligeramente amarillo, bien aseado, perfumado y con los zapatos limpios, de acorde a mi edad. Estudié el significado de cada color: el azul significa confianza, amistad, constancia... El blanco pureza y bondad... el amarillo compartir, energía, resplandor... Superé la prueba sin ni siquiera saber "lo que vale un peine", me contrataron y hoy sigo siendo un humilde peluquero, profesión que adoro y respeto profundamente.

Mucha suerte a todos los candidatos.