Ángel Franco mantiene su férreo control sobre la agrupación socialista de Alicante que, sin embargo, evidencia el malestar de una parte significativa de la militancia con 100 bajas en los últimos dos años. Éste es el tiempo transcurrido entre la asamblea celebrada en la tarde de ayer y la anterior, pese a que los estatutos marcan que esta cita se lleve a cabo al menos una vez cada seis meses. El informe de gestión salió adelante con un 85,5% de apoyos pero, más que los votos en contra y las abstenciones, las ausencias y sobre todo el descenso en el número de militantes puso de manifiesto que la casi endémica división de los socialistas alicantinos está lejos de resolverse.

El sector crítico más cercano a Pedro Sánchez, que había denunciado de manera reiterada el retraso en la celebración de la asamblea, rebajó sin embargo el tono en relación a ocasiones anteriores. Tan sólo hubo, según las fuentes consultadas por este periódico, poco más de 40 votos desfavorables al informe de gestión presentado por la ejecutiva, entre los «noes» y las abstenciones. Por el contrario, se contabilizaron cerca de 200 sufragios a favor, eso sí, después de más de dos horas de un debate que arrancaba poco antes de las seis de la tarde y que acabó a primera hora de la noche.

Con todo, el dato más revelador de esta asamblea fue el de las altas y bajas registradas en el partido. En los últimos dos años se han marchado de la agrupación local del PSPV en Alicante 127 personas, frente a las 25 que han ingresado en las filas socialistas en este tiempo. La situación deja ver la existencia de un sector importante de la militancia descontento con la actual ejecutiva -o de los simpatizantes socialistas, cuanto menos-, en la que Ángel Franco sigue marcando el rumbo.

El exsenador era uno de los presentes en la asamblea, en la que, además de al secretario general y concejal Miguel Millana, pudo verse a otros ediles como el portavoz municipal, Francesc Sanguino, así como a Manuel Martínez y, al principio de la cita, Raúl Ruiz. También destacaba la presencia de antiguos concejales del Ayuntamiento de Alicante como Eva Montesinos, Carlos Giménez, Fernando Marcos, Gloria Vara o Luis Almarcha, entre otros cargos públicos actuales y antiguos. Todos ellos forman parte de la corriente mayoritaria favorable al secretario general -y, por ende, a Ángel Franco- que apoyó la gestión de los últimos dos años.

Fuentes de la ejecutiva destacaron el respaldo mayoritario a la gestión, así como que la asamblea transcurrió con total normalidad. Este último aspecto fue corroborado por parte del sector crítico, que basó buena parte de sus quejas en el tiempo transcurrido desde la anterior asamblea y apeló a que haya más debate y más participación en el seno de la agrupación socialista y que cónclaves como el de ayer se celebren con la periodicidad de seis meses que se recoge en los estatutos.

Ratificación de cese

Por otra parte, en el transcurso de esta asamblea también se ratificó el cese del hasta ahora secretario de Integración de la ejecutiva local, Ricardo Picó, a quien el órgano había acordado expulsar el pasado mes de agosto. Entonces, Picó había expresado en una red social su rechazo al control de la agrupación socialista por parte de Ángel Franco, calificándolo de «secuestro inmisericorde». La ejecutiva federal del PSOE suspendió de militancia al dirigente, por lo que ayer se dio cuenta de su cese como secretario de Integración. Él no pudo estar presente en ese momento al no poder acceder a la asamblea, motivo por el cual leyó un escrito de protesta en la calle antes del inicio de la reunión.

Análisis de la derrota electoral en las municipales

La asamblea socialista aún no había podido debatir acerca de la derrota electoral en las municipales de mayo de 2019, en que el partido aumentó su representación de seis a nueve concejales pero se quedó en la oposición al no sobrepasar al PP y no poder sumar mayoría con otros partidos. Este aspecto fue, según las fuentes consultadas, otro de los temas abordados en una asamblea en la que, entre otros aspectos, se acordó por unanimidad cubrir las vacantes de la ejecutiva.