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La curiosa teoría del exjefe de Canal 9 en el juicio del Papa

La declaración de Pedro García allana la absolución de Juan Cotino, que se prevé comparezca hoy

La curiosa teoría del exjefe de Canal 9 en el juicio del Papa

El primer artículo del manual de la corrupción política dice que quién amaña cobra. El corrupto asume todos los riesgos a cambio de una sustanciosa comisión para que los corruptores sigan con su trabajo. Son como parásitos que se alimentan entre sí y asumen como costumbre vivir uno a costa del otro. La declaración de Pedro García, exdirector general de Radio Televisió Valenciana (RTVV), en la pieza separada de la Gürtel valenciana que juzga el contrato de la visita del papa no ha cumplido con las expectativas de las acusaciones. García exoneró a Juan Cotino de los pecados que han llevado por primera vez al exconseller del PP al banquillo de los acusados. Incluso rebajó la mordida que recibió en 100.000 euros hasta que la Fiscalía le mostró las facturas que suman 500.000.

No es casual esta discusión. Esos 100.000 euros pueden convertir la malversación que Anticorrupción imputa en muy agravada, lo que implicaría una mayor condena para el exdirector de Canal 9, aunque existe jurisprudencia que ya eleva las penas cuando la cifra alcanza los 400.000 euros. García, primero jefe de prensa con Eduardo Zaplana, tampoco apuntó en exceso contra Francisco Camps, más allá de afirmar que le dijo que no dijera a nada que no, que no pusiese ningún impedimento a lo que se le iba a plantear, y atribuyó a Esteban González Pons, eurodiputado del PP, la orden de contratar con Gürtel. Es decir, según su teoría, fue el exconseller de Comunicación y antiguo síndic parlamentario del PP en las Cortes el que amañó, pero él, finalmente, fue el que cobró la comisión.

González Pons está aforado por su condición de europarlamentario. Por el momento no se ha planteado enviar una pieza separada al Tribunal Supremo (TS) para investigar al dirigente del PP porque los hechos estarían prescritos y el nombre de González Pons no ha aparecido hasta ahora en la trama delictiva de la visita del Papa a la ciudad de València en 2006. Todos los acusados que han declarado hasta ahora han señalado que la última palabra en el evento la tenía Juan Cotino. Todos menos García, quien sorprendentemente dispensó a Cotino de todos sus presuntos pecados. «El señor Cotino no me podía decir nada porque no tenía ninguna adscripción jerárquica sobre mí. Yo era director de la televisión». Pese al cargo que ocupaba, no supo contestar por qué se encargaron tantas pantallas para instalarlas por la ciudad, más de 50 en total.

La clave de la acusación contra el exconseller Juan Cotino es la decisión que tomó el Vaticano para adjudicar la señal oficial del evento a Canal 9, la extinta cadena de televisión autonómica que controlaba Pedro García. Fue una medida absolutamente excepcional, pues al tratarse de la vista de un jefe de Estado la señal debía difundirla la televisión estatal, en este caso RTVE. Anticorrupción cree que gracias a esta decisión la trama Gürtel irrumpió en Ràdio Televisió Valenciana.

La estrategia de la manipulación

En el año 2006 el gobierno de Francisco Camps presionó para poner una pica en Flandes y quedarse con la retransmisión del evento. Era algo complicado y costoso, pero suponía un hito para el PP de la Comunidad Valenciana. Camps representaba en ese momento la resistencia de su partido al gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero y la Generalitat no iba ceder ni un ápice del protagonismo de la visita al Gobierno de España.

Con la señal no solo se garantizaba el control sobre los contratos adjudicados por Canal 9, sino que el Consell de Camps asumía toda la relevancia. Estas imágenes manipuladas se distribuyeron por todo el mundo y la realización a penas recogió instantes de Zapatero o de la exvicepresidente María Teresa Fernández de la Vega. Camps, su vicepresidente Víctor Campos y la exalcaldesa Rita Barberá ocuparon la mayoría de planos. No querían que apareciera ningún socialista en pantalla. «En televisión valenciana recibía muchas instrucciones políticas», ha admitido García en el juicio.

Este jueves declarará por primera vez Cotino en un juicio por corrupción. Su defensa gravitará en torno a dos claves. La primera, que la decisión de atribuir a Canal 9 la señal partió del Vaticano. Y la segunda, que no tenía ninguna responsabilidad en el evento, ni directa ni indirecta, y que actuó en la creencia cierta de que su actuación era correcta. Que en realidad fue un peregrino más.

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