Perfil - Toni Cantó

Un camaleón de la política en busca de un nuevo papel

El político de los golpes de efecto, que se vistió de camaleón en la televisión, deja su escaño. En dos años mostró un discurso duro y otro capaz de tender puentes.

Cantó abandona ayer la sede de Ciudadanosen Madrid.

Cantó abandona ayer la sede de Ciudadanosen Madrid. / CarlosAlós

Carlos Alós

Algo más de dos años ha durado el recorrido en la política valenciana de Toni Cantó desde que en enero de 2019 se confirmó como candidato de Ciudadanos a la presidencia de la Generalitat.

Con su salida, el partido vuelve a quedar descabezado por segunda legislatura consecutiva. Tres veces cambió de liderazgo en sus primeros cuatro años de andadura y menos de 24 meses ha durado su estabilidad en el segundo intento. Quien abandona ahora es Toni Cantó, todo un camaleón de la política que asegura que vuelve al teatro, actividad que abandonó hace ya casi tres lustros para dedicarse a la política.

De los primeros en saltar del barco naranja a la espera del salvavidas del PP, el hasta ahora coordinador autonómico de Ciudadanos ha sido un líder con dos caras en estos dos años.

El político valenciano protagonizó un primer año de dura oposición al Botànic mientras en el segundo exhibía un discurso más moderado que intentó tender puentes con el PSPV. Ahora, en un nuevo vaivén lo que queda del partido cree que su espacio natural vuelve a ser la oposición.

Nacido en València en 1965, Cantó comenzó su andadura profesional como modelo y presentador, hasta que en 1998 ganó notoriedad como actor con la serie «Querido maestro», a la que siguió al año siguiente «Siete vidas». Además de diferentes producciones en televisión, cine y teatro, Cantó alcanzó también cierta penetración en el mundo del corazón. En 2008 se afilió a UPyD, entonces en la cresta de ola, y elegido diputado por Valencia en 2011 abandonó la formación apenas cuatro años después para desembarcar en Ciudadanos.

En este tiempo ha combinado la hiperactividad en redes con mensajes radicales y provocadores y un discurso moderado y de mano tendida que le llevó a tener una comunicación fluida con el presidente, Ximo Puig. Tiempo en el que tampoco ha descuidado el debate nacional con ataques al Gobierno de Sánchez e Iglesias.

Duro con Podem y Compromís

«Al gulag, al gulag». Los escaños de Podem y de Ciudadanos están separados por un pasillo de apenas un metro en el hemiciclo de las Cortes Valencianes. Más de un podemita ha escuchado como Toni Cantó, líder de Cs, les mandaba allí donde los regímenes comunistas purgaban a sus críticos. Es un ejemplo del Cantó más duro, el del perfil radical e incluso provocador y bravucón que cultiva en las redes sociales, donde es uno de los políticos valencianos con más actividad y el que más seguidores tiene.

Un perfil que trató de combinar desde el pasado verano con un discurso moderado, centrista y de mano tendida para alcanzar acuerdos por el centro con los socialistas y que, según explicaban hace unas semanas en el partido, tenía intención de mantener en el próximo semestre, reforzando el canal de comunicación que mantenía abierto con el presidente. Pero la política es tan volátil que en solo unas semanas todo ha saltado por los aires para Cantó.

Numerosas polémicas

En el espacio de las redes también se ha visto inmerso en sonoras polémicas como cuando dijo que la mayor parte de las denuncias por violencia de género son falsas o cuando propuso volar por las aires la televisión valenciana.

Todo ello junto a la búsqueda constante de golpes de efecto mediáticos. Hace unos meses fue «camaleón» en «Mask Singer» y el verano pasado «salvó» a tres bañistas en Oropesa atrapadas en las rocas en día de fuerte oleaje.

Además, el perfil de mano tendida permitió a Cantó durante tres meses acaparar el protagonismo con una negociación del presupuesto autonómico que le llevó finalmente a abstenerse en las cuentas del Botànic para 2021. Una época en la que había rebajado sus antiguas críticas a los socialistas, a los que antes solía llamaba el PSC valenciano.

Era el Cantó de dos caras. También el que asistió en primera fila a la foto de Colón con Rivera, Abascal y Casado en 2019 y de los primeros en abrirse cuenta en Parler, la red a la que se pasaba en masa la ultraderecha norteamericana tras el veto a Trump en Twitter por animar el asalto del Capitolio el pasado enero.

Suscríbete para seguir leyendo