La vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, ha afirmado hoy que "hay gente que apunta con la palabra y gente que apunta con las balas", y ha considerado que "la palabra no debería ser una bala". La portavoz del Gobierno valenciano se ha expresado así tras ser preguntada sobre las cartas con munición que han recibido el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; el candidato de Podemos a la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias; y la directora general de la Guardia Civil, María Gámez. Misivas con balas y amenazas que Vox ha puesto en duda. Los periodistas han preguntado a Oltra si estos hechos podrían estar relacionados con el embrutecimiento de la actividad política, a lo que ha contestado que ella "separaría conceptualmente lo que es el embrutecimiento de la política con una carta con balas, aunque tienen conexión".
Durante su intervención semanal posterior al pleno del Consell, Oltra ha tildado de "extraordinaria gravedad" el envío de las cartas con amenazas de muerte, que son "un delito" aunque, en otras circunstancias, ha subrayado, "los mismos que ahora lo cuestionan seguramente en otras tesituras hubieran dicho que es directamente una amenaza terrorista".
La número dos del Gobierno autonómico ha considerado que se debe separar lo que es el embrutecimiento de la política y cómo la extrema derecha entiende la dialéctica política, "no como un proceso donde se confrontan diferentes miradas políticas, sino como un proceso de ataque violento constante hacia el adversario".
Para Mónica Oltra, se está viviendo una "anomalía democrática" con la llegada de Vox a las instituciones y cree que eso es algo de que deberían combatir "todos los partidos democráticos, como se hace en el resto de Europa", es decir, sin rubricar pactos ni de legislatura ni de gobierno. Porque estos "monstruos", ha valorado, "cuando crecen, la democracia tiene un problema".
"Creo que ni en el ámbito político ni en el mediático deberían seguir blanqueando y alimentando la crecida del monstruos", ha agregado.
Según la vicepresidenta del Consell, ese embrutecimiento de la política se está produciendo de forma generalizada en todo el país, aunque en mayor medida en Madrid al encontrarse en plena campaña electoral. "Solo hay que ver determinadas intervenciones de la ultraderecha en las Cortes Valencianas y escuchar determinadas barbaridades desde el punto de vista democrático y de derechos humanos para ver que esto está impregnando todas las instituciones", ha concluido.