Alicante, Elche, Torrevieja y Benidorm suman, sobre el papel, más de 727.000 habitantes. Es decir, casi un 40% de la población total de la provincia de Alicante. Sin embargo, se trata de municipios, sobre todo los más turísticos, que cuentan con una población flotante muy superior, que no se refleja en lo que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE). Éste fue uno de los asuntos capitales de la sesión «Grandes Ayuntamientos» del Foro Municipalismo de INFORMACIÓN, que se celebró este lunes en la EUIPO. El alcalde de Benidorm, el popular Toni Pérez, aseguró que su municipio, la capital turística por excelencia de la provincia de Alicante, tiene algo más de 70.000 habitantes oficiales, pero que en la localidad de la Marina Baixa «conviven a diario» unas 130.000 personas: «Un alcalde atiende a todos. A la población empadronada, a los que viven buena parte del año con nosotros pero que no se empadronan y a los turistas. Hace falta una descentralización del Estado y las autonomías que pasa por transferir parte del IVA turístico». El alcalde de Torrevieja, el también popular Eduardo Dolón, aseguró que su localidad costera ronda los 90.000 habitantes oficiales, aunque apuntó que en verano la población real se sitúa sobre los 250.000 habitantes, una cantidad que se dispara hasta los 600.000 durante los meses de verano. «Y no tenemos una transferencia financiera respecto a la población real», criticó Dolón.

Los regidores apuestan por hacer mucho más sostenibles sus municipios, con más espacio para el peatón

Similar es la situación en la capital de la provincia, según añadió el alcalde de Alicante, Luis Barcala (PP). Actualmente, según el INE, la censo de la ciudad se encuentra por encima de los 337.000 habitantes, aunque el Padrón municipal eleva la cifra por encima de los 350.000 ciudadanos. «Pero somos una ciudad con los servicios sobredimensionados, preparados para una población estable de unas 700.000 personas, ya que tenemos un parque de segundas residencias de casi 300.000 viviendas», añadió Barcala. Y es que en la sesión sobre «Grandes Ayuntamientos» del Foro Municipalismo de INFORMACIÓN se habló mucho de financiación, de fondos, de reivindicaciones de inversiones históricas, de proyectos locales y del descuadre en las cuentas municipales que ha provocado el cambio en la plusvalía municipal.

De hecho, el alcalde de Torrevieja admitió que su municipio no podrá aprobar el Presupuesto de 2022, prorrogando los actuales, ya que los ingresos por ese impuesto suponen un 20% del total. «No sé si habrá lucidez [en alusión al Gobierno central] para que podamos equilibrar nuestras cuentas», apuntó Dolón.

La capital de la Costa Blanca reivindica el turismo de «sol y playa», para lo que pide ayudas a otras administraciones

Al impuesto tumbado recientemente por el Tribunal Constitucional, y que el Ejecutivo de Sánchez debe reformular para permitir su cobro aunque con cambios en las condiciones, también se refirió el regidor alicantino, quien aseguró que la plusvalía es uno de los asuntos que más preocupa en la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), de cuya junta directiva forma parte, donde también están sobre la mesa cuestiones como la disponibilidad de los fondos europeos: «No se saben ni los proyectos ni los fondos de los que dispondremos. Eso puede alterar la realización de los presupuestos y la modificación posterior. Los municipios exigimos estar en la toma de decisiones. Esa incertidumbre nos plantea la duda de los criterios. Estamos ante unos fondos que hay que tener ejecutados en diciembre de 2023».

También de dinero, pero desde otra perspectiva, habló el alcalde de Elche, el socialista Carlos González, quien defendió reivindicaciones históricas de su municipio, que también afectan a otros puntos de la provincia alicantina. «Necesitamos una fuerte inversión, tanto viaria como ferroviaria. Se han dado pasos, hemos avanzado en asuntos como el AVE, pero hay todavía mucho camino por recorrer», añadió el alcalde socialista, en alusión, entre otras, a la conexión ferroviaria con el aeropuerto Alicante-Elche Miguel Hernández. El socialista, en su intervención, aseguró que su principal objetivo como alcalde es «modernizar y corregir los desequilibrios sociales y económicos» de Elche, apostando por un modelo de ciudad «dinámica, inclusiva, tolerante, próspera, que sea capaz de ser innovadora y sostenible a la vez».

El alcalde ilicitano, en su ponencia, apostó por la modernización de la economía, «sumando esfuerzos con los empresarios», de los equipamientos colectivos, como instalaciones deportivas o centros en barrios y pedanías, de los espacios públicos de convivencia, como las plazas y jardines, además de poner en valor el Plan Edificant para mejorar las infraestructuras educativas, de mano del Consell, y la apuesta por la descarbonización: «Nos hemos tomado muy en serio ese objetivo. Queremos transformar aspirar a ser la capital verde europea en el año 2023. Es un todavía largo viaje».

Transformación digital

También de futuro versó el discurso del alcalde de Alicante, en la intervención más larga de las cuatro de esta sesión. Barcala puso en valor la estrategia «Alicante Futura», que pasa por «convertir a la ciudad en la capital de la estrategia innovadora, a rebufo de la Administración autonómica», en alusión a Distrito Digital. También defendió la «fiscalidad blanda, que ayuda a la inversión en Alicante» y, por otro lado, uno de los proyectos bandera de este mandato, que tendrá recorrido en el próximo, como es «Alicante Central», la zona de bajas emisiones que el Ayuntamiento proyecta en la capital. «Hemos presentado a los fondos europeos un proyecto de 24 millones, con 25 proyectos que van desde la peatonalización a la redistribución del tráfico», apuntó Barcala, quien además hizo alusión a la iniciativa de 100 millones para que «no se desperdicie ni una sola gota de agua en Alicante», con la construcción de cuatro parques al estilo de la Marjal de Playa de San Juan, entre otras iniciativas, además de destacar los 70 millones de euros en inversiones en tres ejercicios.

En las inversiones a nivel local hizo parada a su vez el alcalde de Torrevieja. «Estamos en plena transformación del municipio. Espero que confíen en mí cuatro años más para seguir avanzando. Se tratan de ochenta millones de inversiones, que son los remanentes de los últimos cuatro años. Estamos haciendo esfuerzos para transformar el destino turístico», explicó Dolón, quien hizo alusión, por otro lado, a la reversión del hospital de Torrevieja, ahora de gestión pública: «Acabo de perder la mejor asistencia sanitaria de la Comunidad Valenciana». Entre las reivindicaciones, el regidor popular citó a la N-332 y la CV-95: «Son infraestructuras clave».

Benidorm, por su lado, defendió el turismo de sol y playa, y lamentó la falta de ayudas estatales a los principales municipios turísticos de España. «En una convocatoria ordinaria de ayudas, competimos con 150 municipios. Sólo resultaron elegidos 25. De ellos, apenas siete eran de turismo de sol y playa. No se puede abandonar el turismo bandera, el sol y playa». Además, el alcalde popular recordó dos «logros» recientes: «El anuncio de que Benidorm será sede del laboratorio tecnológico del turismo y, además, que Sánchez comunicó que Benidorm será la sede de la plataforma inteligente de destinos. Hemos trabajado mucho con el ministerio desde hace meses. Nada de esto son casualidades. La transformación digital forma parte de nuestro ADN. Somos uno de los motores de la red de destinos turísticos inteligentes», defendió Pérez, quien aseguró que «Visit Benidorm», por su parte, es un «ejemplo» de colaboración público- privada. «El empresariado ya aporta mas recursos que la Administración», añadió el alcalde benidormense, para recalcar además que la pandemia de coronavirus tocó de lleno el «alma» turística de su municipio: «Hay que recuperar la actividad. La vacuna es el turismo».

Objetivo: administraciones más cercanas a la ciudadanía

Los alcaldes de Alicante, Elche, Torrevieja y Benidorm también coincidieron a la hora de poner en valor la importancia de la innovación para mejorar la relación entre la Administración, la primera en hacer frente a los problemas del día a día, con los ciudadanos. Así lo explicó el alcalde de Alicante, Luis Barcala, quien considera que el Ayuntamiento de la capital alicantina debe ser «un ejemplo» para «facilitar al ciudadanos su relación» con la Administración pública. «Debe ser mas fácil. Nos enfrentamos al riesgo de que haga falta tener un curso de ingeniería para comunicarse con la administración», añadió el regidor alicantino, en una línea compartida por el resto de ponentes en la sesión, incluido el regidor torrevejense.

Los principales municipios alicantinos apuestan por la innovación para facilitar la relación con los vecinos

Por su parte, el alcalde ilicitano, Carlos González, en su discurso centrado en la modernización, reconoció como «prioritaria» la digitalización de la Administración, para «que sea una aliada de las necesidades de los ciudadanos y las empresas, y no un obstáculo». Para González, la digitalización es «una herramienta clave para avanzar como ciudad», ya que para el alcalde de Elche, según defendió en su intervención, el objetivo de todo alcalde debe ser «transformar la sociedad, mejorar la calidad de vida y aportar mas bienestar exige la modernización» de la ciudad. «Gobernamos para que los ciudadanos puedan vivir mejor», agregó.

Con la mirada en un pasado más o menos reciente, el alcalde de Benidorm, Toni Pérez, recordó que su municipio, en febrero 2017, «tras un sprint para una mayor modernización de la administración local», logró una certificación por la calidad del servicio de tesorería. «Eso convirtió a Benidorm en la primera administración local en conseguir esa distinción. Nuestro fin es hacer la relación con el ciudadano más eficaz, apostando por la innovación en todos los campos», afirmó Pérez, quien a su vez defendió otros avances de su municipio que, según recalcó, ahora se han convertido en el «paradigma de ciudad sostenible». Porque innovación, según apuntó, «no es solo tecnología, es tener un PGOU a finales de los años cincuenta cuando en España no había ni siguiera un ley del suelo, protegiendo el 50% del territorio, generando una ciudad compacta, en altura».