El socialismo alicantino se revuelve contra Puig por la plaza de senador territorial

El secretario general del PSPV irá a la Cámara Alta, junto a Rocío Briones, y el PSOE de la provincia habla de «ninguneo», mientras la delegada del Gobierno será la nueva número dos del partido

Ana Domínguez saluda a Rocío Briones ante Ximo Puig y Pilar Bernabé en la ejecutiva de ayer. | F. BUSTAMANTE

Ana Domínguez saluda a Rocío Briones ante Ximo Puig y Pilar Bernabé en la ejecutiva de ayer. | F. BUSTAMANTE / m.pomares/a.garcia

A.Garcia

El resultado de la jornada electoral deja en la Comunidad Valenciana a una ganadora inesperada. El ejercicio de resistencia de Pedro Sánchez supone una prórroga para el subdelegado del Gobierno en Alicante, Carlos Sánchez Heras, y para la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, que queda ahora como el baluarte institucional de la izquierda ante el poder de la derecha, que copa las administraciones de la Comunidad Valenciana después de las autonómicas del 28 de mayo, y que, además, se convierte en la número dos del PSPV. Así lo anunció este lunes por la tarde el secretario general de los socialistas valencianos, Ximo Puig.

Todo en el marco de una comisión ejecutiva nacional que también dejó una perdedora: la provincia de Alicante, que se vuelve a quedar sin senador territorial. La propuesta del PSPV que debe pasar por las Cortes Valencianas es que vayan el propio Puig y la exdirectora general de Labora Rocío Briones. La indignación era generalizada entre el socialismo alicantino conocidos los nombres. Hablaban directamente de «ninguneo»

«Ya no le vale nadie de Alicante, ni unos ni otros. Da igual que sean del sector de Alejandro Soler o que sean del sector que siempre le ha apoyado», era una de las sentencias que se pudo escuchar acabada la reunión. «Ya lo que haga Ximo Puig no sorprende a nadie, pero que se prepare en el próximo congreso, porque como ha tratado a Alicante es una verdadera vergüenza», señalaba otra voz autorizada del socialismo alicantino.

La irritación era evidente. Con el matiz de que, además, llueve sobre mojado. El enfado ya quedó de manifiesto en el mes de marzo con la confección de las listas para las Cortes Valencianas por la provincia, cuando Puig optó por cuatro independientes, y los afines al secretario provincial, Alejandro Soler, entraron a partir del puesto siete. Tampoco ayudó que el secretario general del PSPV tratara de enmendarle la plana a la dirección provincial con los nombres propuestos para el Congreso y para el Senado de cara al 23J, aunque luego Ferraz se acabara poniendo de lado de Soler.

Con estos puntos de partida, prácticamente todos los sectores del socialismo alicantino coinciden por primera vez en mucho tiempo en algo: en el «desprecio» hacia la provincia de Alicante. Al respecto, desde determinados círculos explican que hace algo más de un año Puig tuvo «coartada». La plaza que Josefina Bueno tenía en el Senado pasó a la entonces delegada del Gobierno, Gloria Calero, y, a cambio, la alicantina se situó al frente de la Conselleria de Innovación y Universidades. El argumento no acabó de convencer del todo en el PSPV-PSOE provincial, pero optaron por no hacer excesivo ruido. Ahora son muchos los no ocultan el enfado, aunque en la ejecutiva no hubo reproches. «Siempre había mantenido el equilibrio, pero ahora Alicante ya le da igual», comentaba otra destacada persona militante socialista.

Prácticamente igual de mal sentó que ninguna de las plazas que se cubrieron en la ejecutiva fueran para la provincia. La vicesecretaría general estaba vacante desde que Manolo Mata renunció a la primera línea política para retomar su carrera de abogado y asumir la defensa del principal acusado en el caso Azud. Bernabé, que precisamente sustituyó a Calero, compartirá nivel jerárquico con la portavoz de la ejecutiva, Ana Domínguez, que fue nombrada vicesecretaria general en el último congreso. También entran Artemi Rallo como secretario de Derechos y Libertades, y Lara Romero como secretaria de Deportes.

Con este paso, de hecho se refuerza la posición orgánica de Bernabé en un momento especialmente sensible para el PSPV, ya que ha perdido el Gobierno de la Generalitat y a medio plazo ha de encarar un congreso que debe marcar las líneas del futuro y determinar si Puig será el candidato en las próximas elecciones autonómica o si cede paso a otro dirigente. La figura de la delegada del Gobierno crece así en la hipotética carrera por la sucesión de Puig, su mentor y elemento político clave en su carrera en los últimos años. En ese espacio difuso y sin características claras de familia que es el ximismo, la figura de Bernabé se eleva de cara al futuro.

De familia socialista (su hermano fue también delegado del Gobierno en la etapa de Rodríguez Zapatero), Pilar Bernabé ha sido concejala en València al lado de Sandra Gómez, lo que la conecta perfectamente con ese grupo de poder en el partido que es la llamada generación de Pelayo (sede de las juventudes del partido) y que es en este momento uno de los pilares de apoyo a Puig.

La designación de Bernabé se produce un día después de las elecciones generales, que suponen una victoria (al menos, moral) para Pedro Sánchez, al que muchas encuestas daban por desahuciado. Bernabé es en estos momentos la principal representante institucional del socialismo en la Comunidad Valenciana.

La posición de Bernabé se refuerza, además, al haber perdido los socialistas la presidencia de la Diputación de Valencia, cargo al que aspiraba el líder provincial y alcalde de Mislata, Carlos Fernández Bielsa, otro de los nombres fundamentales en el tablero del futuro del PSPV.

Pedro Sánchez concede una prórroga de estabilidad a Ximo Puig

El verano azul lo tendrá Ximo Puig. La expectativa para la dirección socialista antes de las elecciones del pasado domingo era un verano trepidante, de preparación de un periodo de congresos en un clima prebélico, pero el resultado obtenido contra todo pronóstico altera el marco. La situación interna del socialismo valenciano, movida en las aguas subterráneas, entra en una etapa de letargo y da un margen a Puig para pensar el futuro con paz orgánica. Lo contrario sería una sorpresa. En el contexto actual, de formación complicada de Gobierno o incluso de repetición electoral, cualquier movimiento desestabilizador en uno de los graneros de voto socialista como es la Comunidad Valenciana, no va a contar con la protección, ni la comprensión, de Ferraz. Y así es difícil de imaginar que se produzcan movimientos desestabilizadores.

Tras el resultado del domingo, el congreso federal de los socialistas no será, como pronto, hasta bien entrado 2024. Y eso en el caso de que todo fuera mal y el PP pudiera gobernar de alguna manera, con o sin repetición electoral. Eso supone que un congreso extraordinario del PSPV no será previsiblemente antes del segundo semestre de 2024. Si Sánchez forma Ejecutivo (lo mismo, con o sin repetición de elecciones), el margen puede ser mayor y se podría esperar hasta el ordinario, que tocaría en 2025.