Elecciones en Cataluña

El PSC ve en la presidencia del Parlament el primer gancho para alcanzar un pacto

Illa se presentará a la investidura aunque Puigdemont insiste en que puede "articular una mayoría más amplia"

El candidato del PSC, Salvador Illa, celebrando la victoria electoral.

El candidato del PSC, Salvador Illa, celebrando la victoria electoral. / Manu Mitru

Sara González

La misión es compleja, pero no imposible. Aún con una sonrisa de oreja a oreja y pocas horas de sueño por la celebración del resultado histórico obtenido, la cúpula del PSC empezó este lunes a arremangarse para desbrozarle a Salvador Illa el camino hacia la presidencia de la Generalitat. Pese al pulso de Carles Puigdemont, que no tira la toalla, y la decisión anunciada por ERC de quedarse en la oposición, los socialistas creen que es factible no ir a una repetición electoral. Las líneas de teléfono están ya abiertas en todos los frentes, menos con la extrema derecha, y en el partido admiten que es el propio Illa quien marcará los tiempos de los pasos a seguir.

Pero hay un imperativo en el calendario: el 10 de junio es la fecha límite para escoger la presidencia y la Mesa del nuevo Parlament y eso requiere de un pacto que, a menudo, suele ser la antesala de lo que vendrá después para formar el Govern. Ostentar la segunda institución del país no es moco de pavo. Así que el PSC ve en este cargo un gancho para poder negociar con los partidos independentistas y recabar la geometría necesaria para la investidura de Illa, ya sea con un ejecutivo en solitario o en coalición.

Negociaciones al límite de calendario

Fuentes de la calle de Pallars consideran todavía prematuro hablar en términos de ofrecerla -según cómo se desarrollen las conversaciones para la gobernabilidad- a ERC o a Junts, que están en plena digestión de los resultados obtenidos y la pérdida de la mayoría independentista. Pero este es el principal cometido del equipo negociador capitaneado por la número dos del partido y presidenta de la Diputación de Barcelona, Lluïsa Moret. Una dirigente que, precisamente, gobierna esa institución de la mano de Comuns, ERC y díscolos de Junts y que, por lo tanto, tiene vínculos y experiencia en la cocina de pactos con los principales actores en danza.

En los últimos años, la lógica que se ha seguido es que el partido menor de la coalición de Govern presidía la Cámara, por lo que esa votación puede dar pistas de la alianza que se pueda producir. Justamente por ello, con la campaña de las europeas que arranca en 10 días de por medio, las negociaciones estarán especialmente enmarañadas y se da por hecho que se llevarán al límite. Entre bambalinas, los socialistas admiten que se apurará el plazo para la confección del Parlament porque a nadie le interesará hacer público antes una eventual entente.

'No' rotundo a investir a Puigdemont

Illa hablará con todos a excepción de Vox y Aliança Catalana y no concibe otro escenario que no sea el de convertirse en el próximo president de la Generalitat. El PSC ya ha dado un portazo a la posibilidad de investir a Carles Puigdemont por más que el candidato de Junts "amenace con bloquear la gobernabilidad en España". Al expresident le ha pedido que se acoja al "principio de realidad" y acepte que no está en condiciones de culminar la "restitución" espoleada en campaña, aunque los socialistas no cierran la puerta a explorar con los posconvergentes la investidura.

La portavoz del partido, Núria Parlon, ha sido clara a la hora de expresar que la prioridad del PSC sería confeccionar un tripartito con ERC y con los Comuns. Pero también ha admitido que en las opciones del partido está también gobernar en solitario y transitar la legislatura con una geometría variable de pactos. Eso sí, para ello necesitaría contar con la complicidad de uno de los dos partidos independentistas - también con Comuns, en el caso de que fuera ERC- o la abstención de ambos.

Petición a ERC

Los socialistas se han mostrado comprensivos con el hecho de que los republicanos apuesten por quedarse en la oposición tras un batacazo sin paliativos que ha llevado a Pere Aragonès a anunciar su adiós de la primera línea de la política, pero le piden que, si ellos tendieron la mano para garantizar la continuidad de la legislatura cuando Junts rompió el Govern, ahora devuelvan el favor "no bloqueando" la investidura de Illa. Por si las principales teclas fallan, las conversaciones se abrirán también con el PP, con quien el PSC descarta pactar gobierno. El antecedente de la jugada con la que alcanzó la alcaldía de Barcelona, sobrevuela también las sumas posibles, pese a que en este caso haría falta el concurso, en forma de abstención, de Vox.

Lo que sí entiende el equipo de Salvador Illa es que a nadie le interesa la repetición electoral. Ni a una ERC que podría aún no haber tocado suelo ni a un Puigdemont que prometiendo su retorno a las puertas de la aprobación de la amnistía no ha logrado ganar. "¿Qué le conviene más? ¿Un gobierno de derechas en España?, ha preguntado retóricamente Parlon ante el amago verbal del 'expresident' de arrastrar a Sánchez a un adelanto electoral si no obliga al PSC a abstenerse a su investidura. Illa tiene el apoyo incondicional del presidente y su compromiso de que no le pedirá tal renuncia.

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