Fallece el militante alicantino de Esquerra Unida y el Partido Comunista Antonio Díaz

EU Alacant rinde homenaje a Díaz, fallecido el 14 de abril, que formaba parte de la formación política desde sus orígenes

El militante de Esquerra Unida Alacant Antonio Díaz González

El militante de Esquerra Unida Alacant Antonio Díaz González

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El pasado 14 de abril falleció el alicantino Antonio Díaz González, militante del Partido Comunista y de Esquerra Unida Alacant desde los orígenes de esta formación política. Las coordinadoras de Esquerra Unida Alacant, Lucía Ibáñez y Nefer Vives, el responsable político del Partido Comunista de l'Alacantí-les Marines, Álvaro Castaños, y el concejal y portavoz del grupo municipal Esquerra Unida-Podem, Manolo Copé, le recuerdan en el siguiente obituario.

Antonio Díaz González: Nos deja la esperanza

“Dejadme la esperanza”, reza el último verso del poema de Miguel Hernández “Canción última”. Parafraseando este verso, encabezamos este escrito coral ante el fallecimiento de Antonio Díaz González. Y es que no podía ser de otra manera. Si tenía que dejarnos, la fecha propicia era el 14 de abril. Justo a las doce del mediodía cuando empezaba la manifestación por la República recibíamos la triste noticia del fallecimiento de nuestro camarada, compañero y amigo Antonio Díaz.

Antonio ha sido un hombre especialmente bueno y generoso que siempre promovió labores de formación y debate, amigo entrañable, hombre de sólida formación política (y ajedrecista) que sabía escuchar, dialogante pero vehemente en la defensa de sus ideas y de sus posiciones. Era historia viva de nuestras organizaciones, pero también de Alicante, desde su lucha antifranquista en la clandestinidad como miembro y fundador del Club de Amigos de la Unesco, verdadera fábrica de militancia comunista y antifranquista, pasando por su militancia en el PCE y en IU. A sus 91 años seguía estudiando, organizando y luchando en movimientos sociales, en el Partido Comunista y en Esquerra Unida. Su capacidad de adaptación a los cambios y a las nuevas realidades políticas, fruto de sus profundas convicciones personales, le alejaron de posiciones inmovilistas y le calificaron como un avanzado y un líder ideológico en nuestra organización.  

Su papel activo en el movimiento del 15M y en Toma la Plaza en Alicante le convirtió en uno de los referentes y mejores analistas de la realidad de los cambios que se estaban produciendo y en uno de los convencidos de que el espacio de la izquierda alternativa era plural y diverso y que requería de generosidad para favorecer la confluencia de la izquierda. Siempre buscando la unidad, sin renunciar a sus principios pero renunciando a intereses particulares y protagonismos que pudieran interferir en los objetivos generales. 

Tendremos que acostumbrarnos a no verlo, ocupando siempre el primer asiento, en cada asamblea del PCE o de Izquierda Unida; a no saludarlo en cada manifestación de solidaridad con el Sáhara o con Palestina, a no encontrarlo, cada domingo, junto a sus compañeros del 15M o Toma la Plaza en la Muntanyeta. O a su ausencia como hace solo unos días en los actos de homenaje a los republicanos, mujeres y hombres, víctimas del franquismo, en el puerto y en el cementerio de Alicante. Hasta el último aliento estuvo en la lucha por los valores democrático. Ha sido el militante incansable que siempre ha mostrado una voz coherente, pausada y constructiva en nuestras asambleas y encuentros. Un referente sólido ante una sociedad líquida que huye del compromiso.

Alicante debe mucho a Antonio Díaz y a otras personas de su generación que sin ninguna ambición personal, abrieron espacios de libertad en plena dictadura, enfrentaron la represión y la clandestinidad, acercaron una democracia que no fue ningún regalo y siguieron luchando por ella tras la muerte del dictador. Aunque menguados y cuestionados, muchos de los derechos que disfrutamos hoy se conquistaron gracias a personas como Antonio. Pero le debemos algo más importante que todo eso. Le debemos su ejemplo. Con su recuerdo presente, intentaremos estar a la altura.

Hasta siempre Antonio y hoy gritamos de nuevo contigo ¡Viva la República!