Los tatuajes permanentes en los dientes es una moda extendida en países como Estados Unidos o China. Sin embargo, los odontólogos consideran que se trata de una tendencia estética que resulta agresiva. De hecho, solo se puede hacer sobre una funda o corona, no sobre el esmalte original.
Existen dos tipos de tatuajes dentales: provisionales y permanentes. Los provisionales son como una calcomanía que se pega sobre el propio diente y se puede retirar cuando se quiera, sin que quede ninguna señal. Los permanentes no se hacen sobre el diente sino sobre una funda o corona.
El proceso consiste primero en limar la pieza dental, posteriormente se toma la medida del diente y se vacía en escayola, se manda al laboratorio para que el protésico diseñe la funda. Cuando la corona ya está lista se procede al diseño del dibujo. Parece fácil, pero los especialistas no aconsejan hacerse una corona personalizada sin que sea necesario, ya que implica limar el diente sano previamente a la imposición de la funda y esto podría resultar agresivo y pasar factura con el paso del tiempo.