La crisis sociosanitaria generada por la Covid-19 ha provocado en la sociedad miedo directo a los efectos de la enfermedad, pero también ansiedad por el confinamiento y ante las medidas adoptadas para frenar el avance del virus, y estrés por las consecuencias directas sobre la economía familiar de esta situación.

El Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Alicante (COEA) ha comprobado que “la prevalencia de estas patologías se ha incrementado de una forma considerable en los últimos meses, según nos han reportado los dentistas colegiados alicantinos, y lógicamente, una de sus causas es el estrés que causa la incertidumbre”.

El estrés y el bruxismo

En las consultas dentales se están atendiendo numerosos casos de bruxismo, una patología caracterizada por las disfunciones de la articulación temporo-mandibular (de la mandíbula).

La ansiedad, el estrés, el estado de nerviosismo propio de la época que vivimos llega a ser somatizado por los pacientes, que exteriorizan su situación apretando los dientes, lo que puede llegar a provocar también roturas en las piezas dentales, advierten desde el Colegio de Dentistas de Alicante.

Este rechinar-apretar de dientes se produce principalmente por las noches, mientras dormimos, pero también hay casos en los que el bruxismo se da durante el día.

Motivos y causas del bruxismo

Los dentistas españoles han detectado que algunos de los motivos por los que aparece esta patología son el estrés, la tensión, la maloclusión o la irritabilidad muscular.

Por otro lado, las causas principales de la enfermedad son el dolor miofascial, la asimetría esquelética, patologías sistémicas como la artritis o un trastorno degenerativo e inflamatorio de las articulaciones temporomandibulares.

¿Cómo puedo saber si padezco bruxismo?

El bruxismo suele conllevar contracturas musculares en la zona del cuello Freepik

La acción de apretar los dientes suele tener unas consecuencias patológicas muy marcadas y es nuestro dentista quien debe diagnosticar cada caso como único. Pero sí es cierto que los “bruxistas” suelen quejarse de sentir chasquidos al abrir la boca, de contracturas musculares en la zona del cuello y en el lateral de la cara y la cabeza. En menor medida, los pacientes se refieren a bloqueos mandibulares.

Los síntomas más frecuentes en personas que padecen bruxismo son dolores de cabeza y de cuello constantes, molestias en los músculos faciales o desgaste dental. También puede provocar otros problemas de afectación dental como pulpitis, fisuras, incluso roturas de dientes. Precisamente este tipo de patologías son las que los dentistas alicantinos han destacado en los últimos meses ante el COEA por el incremento en el número de casos.

¿Quiénes padecen más el bruxismo?

Esta patología puede aparecer en cualquier momento de la vida. Desde niños a personas mayores, pero el segmento donde se da con mayor frecuencia es en personas de 30 a 50 años y son las mujeres las que más lo padecen.

“Durante estos meses de crisis sociosanitaria se han diagnosticado de bruxismo una buena cantidad de nuevos casos, pero también se ha detectado un agravamiento de los ya existentes”, apunta el COEA.

Información clínica

Es fundamental ponerse en manos de especialistas altamente cualificados para recibir un tratamiento Freepik

El bruxismo es una parafunción que actúa como vía de escape de tensión emocional por medio de la acción continua o intermitente de los músculos de la masticación y como consecuencia produce problemas musculares y en la articulación temporomandibular (ATM). Esta articulación está íntimamente relacionada con la oclusión dentaria y con el sistema neuromuscular, haciendo que sean posibles las funciones de masticación, deglución y fonación.

El Consejo General de Dentistas de España explica que el trastorno de esta articulación se caracteriza por la alteración de los músculos mandibulares y de las estructuras adyacentes, que daña a la articulación y a la musculatura de la masticación que une la mandíbula con el hueso temporal. Asimismo, la unión disco-cóndilo se ve afectada en diferentes grados, lo cual marcará la evolución de las diferentes fases de la patología.

¿Cómo analizar el bruxismo?

Para llevar a cabo un análisis adecuado del bruxismo y de la articulación temporomandibular se realizan diversas pruebas, como modelos articulados de la cavidad oral, radiografías y resonancias magnéticas para valorar la capturación disco-cóndilo. Es de vital importancia saber cómo tratar el bruxismo con el fin de mejorar la calidad de vida del paciente y evitar problemas mayores. El tratamiento de esta enfermedad puede complicarse con el tiempo si no se trata correctamente, por lo que es fundamental acudir al dentista al percibir los primeros signos.

Tipos de bruxismo

Esta patología puede ser de tipo diurno o nocturno y ambos tipos pueden tener síntomas similares. El bruxismo diurno está relacionado con estímulos externos de tipo psicosocial o ambiental, mientras que el nocturno se asocia a una disfunción central neuromotora.

El bruxismo nocturno es un trastorno muscular que provoca movimientos mandibulares y el rechinamiento de los dientes durante las horas de sueño a través de un ritmo involuntario.

Fuente: Consejo General de Dentistas

¿Cómo tratar el bruxismo?

El primer paso que hay que dar es acudir al dentista, que le recomendará alguno de los tratamientos más eficaces según su caso particular.

Los más utilizados, según expone el Consejo General de Dentistas, son los siguientes:

Antiinflamatorios

Una de las opciones más conservadoras es el consumo de fármacos. Entre los más utilizados para tratar el bruxismo están los analgésicos o los antiinflamatorios, que ayudan a disminuir la inflamación y las molestias propias de esta patología.

Férula de descarga

Este dispositivo tiene como objetivo reposicionar los cóndilos a su posición de relación céntrica y relajar los músculos de manera progresiva. Asimismo, disminuye la tendencia al bruxismo y protege a los dientes del desgaste producido.

Visitar a un fisioterapeuta

Gracias a la ayuda de un fisioterapeuta se trabajan una serie de procedimientos dirigidos a proteger y recuperar la función de las estructuras móviles mediante el empleo de movimientos terapéuticos.

La cinesioterapia, mecanoterapia, masoterapia y electroterapia son útiles para disminuir los efectos del bruxismo. Por un lado, la cinesioterapia está indicada para conservar y aumentar la amplitud del movimiento articular y para corregir ciertos defectos posturales.

A través de la electroterapia se utilizan ondas electromagnéticas para obtener la relajación muscular y mejorar la circulación y la inflamación de la mandíbula.

Medidas dietéticas y posturales

Por último, los ejercicios de corrección postural y unos hábitos alimenticios adecuados también son medidas que ayudan a tratar el bruxismo, así como evitar una vida sedentaria y practicar actividades físicas con frecuencia.

Para saber cómo tratar el bruxismo es fundamental ponerse en manos de especialistas altamente cualificados para recibir unas técnicas de tratamiento destinadas a cada caso individual, obteniendo un diagnóstico óptimo y mejorando la calidad de vida del paciente.