Internet pone al alcance de la mano todo el conocimiento del mundo, pero también toda la desinformación imaginable. Uno de los ejemplos de esto último es el bulo del Blue Waffle (Gofre Azul en castellano), una falsa enfermedad de transmisión sexual (ETS) cuya difusión por las redes sociales ha venido provocando periódicamente la alarma entre algunas adolescentes.

Y decimos "algunas" porque el efecto final de esa falsa afección sería una coloración azul de los genitales femeninos. Según las "fake news" publicadas en torno al Blue Waffle, el primer síntoma sería un fuerte picor en las zonas íntimas de la mujer después de haber mantenido relaciones sexuales.

Días más tarde se produciría un sarpullido, enrojecimiento e inflamación de la vulva, acompañados de un dolor intenso que, en caso de no ser tratado, culminaría con el tono azul en los labios vaginales.

La viralización de esta ETS, sobre todo en Estados Unidos, causó preocupación entre muchas jóvenes que acudieron a Google en busca de sus síntomas y soluciones.

Fue precisamente una imagen de una vulva afectada por una infección bacteriana la que dio origen al bulo... nada menos que en el año 2010 y como parte de una broma.

Sin embargo, las redes sociales, cada cierto tiempo, son el vehículo utilizado para "revivir" esta patología ficticia que sirve, además, para estigmatizar a las mujeres con una vida sexual activa, pues se han incluido imágenes de vaginas desfiguradas o llenas de verrugas.

Como todo bulo, siempre usa una parte de verdad para facilitar su difusión. En este caso, algunos de los efectos de las vaginitis y las infecciones por hongos como la candidiasis.

Instituciones como la Women’s Health Foundation o la Universidad de Columbia salieron al paso desmintiendo la existencia de esa supuesta enfermedad: "Es una leyenda urbana, un mito, un rumor, un bulo, etc., sobre una ETS de ficción. El azul hace alusión a los supuesto síntomas, mientras waffle es una forma de referirse a la vagina".

Las precauciones de los jóvenes deben dirigirse a evitar embarazos no deseados, así como contraer la gonorrea, la sífilis, la clamidia, herpes vaginales, el VIH o el virus del papiloma humano, entre otras enfermedades de transmisión sexual, en lugar de dar pábulo a dolencias inventadas. Para ello, lo mejor es usar métodos profilácticos como los preservativos.