El organismo estatal señaló en un comunicado firmado por su director, Jairo Céspedes, que no halló méritos para suspender en Colombia el estudio Compas, que también se desarrolla en Argentina y Ecuador.

La Sala Especializada de Medicamentos y Productos Biológicos del Invima "recomendó continuar con el desarrollo del protocolo de investigación Compas, bajo un estricto proceso de vigilancia y seguimiento", indicó el organismo.

Señaló que "la Sala confirmó que no se han recibido reportes sobre efectos adversos de ninguna categoría relacionados con el estudio que se realiza en el país" y destacó "la importancia y validez del proyecto y la necesidad de esta vacuna para la población infantil".

La semana pasada la Procuraduría General de Colombia señaló que no descartaba investigar a las autoridades de salud pública del país que autorizaron la experimentación de la vacuna, por considerar que puede conllevar riesgos para la salud infantil.

Mientras tanto, la empresa GlaxoSmithKline (GSK), que apoya el producto, indicó que continuará el estudio Compas "tanto en Colombia como en los demás países de la región, cumpliendo a cabalidad las regulaciones y estándares científicos y éticos nacionales e internacionales, tal como se ha hecho desde el primer momento".

El neumococo, bacteria que causa la neumonía, produce cada año la muerte de unos 18.000 niños en Latinoamérica.

La vacuna contra el mal fue declarada prioridad por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y puede ayudar a cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio fijados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

En Colombia, el estudio comenzó en Cali el pasado 26 de abril con el respaldo de varias entidades médicas, entre ellas la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica, la Sociedad Colombiana de Pediatría, la Sociedad Colombiana de Pediatría y Puericultura y la Asociación Colombiana de Infectología.

En el territorio colombiano el estudio pertenece a la llamada fase III, lo que significa que ha pasado por etapas previas de investigación en las que han participado más de 26.000 niños en países como Francia, Dinamarca y Polonia.

En Argentina las autoridades ordenaron el mes pasado suspender el estudio, mientras se investiga la muerte de catorce niños de los 14.000 que recibieron la vacuna, aunque los médicos que dirigen el estudio descartaron que esas muertes tengan relación directa con el tratamiento.