El diario oficial "New Light of Myanmar", que el régimen birmano emplea para difundir sus mensajes, no especificó el origen de las otras marcas afectadas y que comenzó a investigar hace apenas unos días.

La semana pasada, Birmania halló nueve rastros de la sustancia tóxica en los productos de nueve empresas chinas, lo que llevó al Gobierno a prohibir la importación de todos los derivados lácteos procedentes de China.

Además, la Junta Militar ordenó destruir 16 toneladas de productos elaborados por Yili, una de las 22 compañías chinas implicadas en el escándalo de la leche adulterada.

La melamina es un componente químico industrial usado en la fabricación de plásticos y mezclado con la leche para simular que es rica en nutrientes, un proceso habitual en China.

El año pasado, Pekín se comprometió a reforzar las medidas de control sanitario después de que diversas de sus exportaciones alimentarias causasen intoxicaciones en el extranjero.

La contaminación de estos productos amenaza con arruinar el sector lácteo chino, ya que los consumidores nacionales han comenzado a reducir drásticamente el consumo de lácteos y muchos países de todo el mundo ha prohibido su importación.