«Ni somos borrachos, ni chulos, ni machistas, ni una banda». Los componentes de la peña l'Ermita, una de las dos agrupaciones que contrataron a una joven para que luciera semidesnuda el cartel anunciador de los toros de la Vall el pasado jueves, reivindicaron así su polémica propuesta.

«Ninguno de los actos estaban hechos con mala fe», aseguraron los socios a través de su página de Facebook. En su opinión, la iniciativa responde a «dos minutos de cachondeo y celebración», por lo que no admiten ningún tipo de ataque denigrante hacia la imagen de la mujer, como sí lamentó la Comissió de Penyes al conocer la noticia.

Pedir disculpas por la imagen ofrecida está fuera de los planes de las peñas afectadas. Nada más lejos de la realidad. «Nos parece vergonzoso que, en lugar de dar las gracias por nuestra colaboración, nos estén tirando por tierra de esta manera», insisten desde l'Ermita, empeñados vincular las críticas a movimientos antitaurinos.

Los peñistas se escudan en su trayectoria de 15 años como patrocinadores de «bous al carrer» para defender el «topless» de la mujer minutos antes de las exhibiciones taurinas. Esta parte reprueba las críticas de la comisión de festejos de Sant Vicent, cuya junta directiva se reunirá al término de las celebraciones para decidir qué medidas emprende por este espectáculo. Posteriormente trasladará los acuerdos a las dos peñas afectadas por su resolución, l'Ermita y Tendido 7.

Los organizadores de los festejos patronales lamentan «profundamente» la imagen que han ofrecido los dos colectivos con la contratación de la joven en «topless» y su intención es que no se repita. Más allá de su rechazo directo hacia una iniciativa que hubieran prohibido de antemano de haberlo sabido, esta parte prefiere zanjar una polémica que en nada beneficia al municipio más taurino de España (156 exhibiciones en 2013).

Por su lado, el Ayuntamiento de la Vall d'Uixó guarda silencio desde el jueves y no ha comunicado ningún tipo de medida para evitar que se repita esta actuación en el futuro en la localidad, que se autoproclama capital del toro.

El resto de peñas y la propia organización huyen de cualquier vínculo con la imagen generada por esta actuación, «que no es la que se espera de unas fiestas, y menos si son patronales». Es más, lamentan que actos que concentran a un gran número de asistentes, como el reparto de «empedrao» hayan quedado diluidos por el impacto de la polémica noticia. De hecho, esta parte incidió ayer en la dificultad de diseñar unos festejos que suponen un aliciente de primer orden para los taurinos de dentro y fuera de la provincia. Así, al margen de la polémica suscitada por la iniciativa de las dos peñas concretas, la Vall mantuvo abierto hasta la noche su prestigioso cartel taurino. La ciudad aglutinó a numerosos aficionados que aprovecharon el puente para disfrutar de los «bous al carrer».

La fiesta prosiguió

La fiesta continuó ayer con la doble exhibición de Albarreral y Cuadri. El primero, patrocinado por la peña El Tacaet, fue un toro muy bien presentado. El segundo despertó la ovación de la plaza al salir de los corrales. El ejemplar de Cuadri estuvo más de una hora en el recinto taurino de la Vall sin mostrar signos de debilidad, hasta el punto de que resultó difícil enlazarlo para devolverlo a chiqueros. La fiesta taurina continuó por la noche con la embolada de un toro de Luis Algarra, el último del ciclo.

Las entidades organizadoras incidieron en el buen juego de los astados, sobre todo los del sábado pasado, así como el día 1. «Es muy difícil conseguir estos resultados», resaltó el presidente de la comisión, David Pitarch, que reconoció el esfuerzo de los patrocinadores al término de la feria.