Es rusa, se llama Kristina Ozturk (Batumi_mama en Instagram), tiene 25 años y 22 hijos. Obviamente no los parió ella a todos. De hecho, solo dio a luz a una, la mayor, que tiene ahora siete años y fue fruto de su anterior relación antes de conocer al que hoy es su marido, el millonario turco Galip Ozturk, de 57 años. Los demás bebés los tuvo mediante vientres de alquiler.

El matrimonio con una de las familias más numerosas de toda Europa, que vive en la ciudad costera de Batumi en Georgia, soñaba con tener una prole que alcanzara el centenar. Sin embargo, ese deseo se ha complicado después de que su esposo fuera arrestado el pasado 31 de mayo por falsificación de documentos y lavado de dinero.

Años antes, este magnate propietario de la empresa de autobuses Metro Turizm y de un hotel, había huido de su país de origen en 2018 al confirmarse su condena a cadena perpetua por encargar el asesinato de un hombre en 1996. Se refugió en Georgia, donde conoció a Kristina, una ex stripper rusa que había salido por primera vez de su país.

Se enamoraron y ella le convenció de tener muchos hijos, puesto que él ya tenía descendientes mayores de edad. Recurrieron a la gestación subrogada, que en Georgia está legalizada.

Según desvelaron, cada embarazo les sale por unos 8.000 euros: "La clínica en Batumi elige a las madres sustitutas y se encarga de todo el proceso", relata Cristina, quien a pesar de que no conoce a las madres biológicas de sus retoños sí les supervisa la dieta durante el embarazo.

El encarcelamiento de su marido la ha dejado en una situación delicada. Aunque era muy activa en su blog y redes sociales, desde hace semanas ha reducido mucho las publicaciones. En uno de sus últimos posteos en Instagram explicaba que "no planeo conectarme en línea pronto porque estoy cansada de usar una máscara. Todo este tiempo he estado tratando de sobrellevar el hecho de que mi esposo no está en casa. Tan pronto como él esté cerca, reanudaré el blogueo, pero por ahora quiero vivir mis sentimientos y emociones de verdad... Gracias a mi equipo que ayuda a bloguear, graba videos para ti, traduce el blog al inglés... Pero prefiero vivir de lo que siento sin máscaras ni engaños. Sí, sonrío para ti en Instagram, comparto publicaciones entretenidas, pero en mi corazón solo quiero una cosa: estar con mi familia y más bien estar con mi esposo juntos. Espero que pronto se convierta no solo en un deseo, sino también en una realidad".

Compañía no le falta y, desde luego, trabajo para tener la mente ocupada, tampoco.