Qué esperar de la cumbre de Dubái: la cita que quiere frenar los combustibles fósiles desde la ciudad del petróleo

Entre este 30 de noviembre y el próximo 12 de diciembre, más de 70.000 personas viajarán a Dubái para asistir a uno de los eventos diplomáticos más importantes de nuestros tiempos: la cumbre del clima de Dubái (COP28). Este encuentro arranca plagado de esperanzas y contradicciones. Por un lado, tras un año marcado por extremos climáticos cada vez más graves, son muchos quienes esperan ver florecer "el pacto climático más importante" desde el Acuerdo de París.

La cita empieza con altas expectativas y la esperanza de alcanzar "el pacto climático más importante" desde el Acuerdo de París

Pero por otro lado, también hay quien mira con preocupación las polémicas que han surgido incluso antes de su inauguración oficial. Pues resulta que la cumbre más ambiciosa del último lustro, en la que se debería poner punto y final a los combustibles fósiles, está capitaneada por el director ejecutivo de la petrolera estatal de Emiratos Árabes. Y según ha desvelado la BBC, planea utilizar el encuentro para cerrar más acuerdos petrolíferos.

Inquieta que el presidente de la cumbre y guía de las negociaciones sea un directivo de la petrolera estatal de Emiratos

Uno de los grandes objetivos de la cumbre de Dubái será forjar un acuerdo más ambicioso para reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero que están sobrecalentando el planeta y causando estragos en todos los ecosistemas del planeta. Todos los estudios publicados hasta la fecha alertan de que los planes climáticos propuestos hasta la fecha resultan "insuficientes" para esquivar la catástrofe climática. De ahí que, tal como reclama la comunidad científica, urge acordar medidas más contundentes para frenar las emisiones contaminantes antes del año 2025 y conseguir que caigan a la mitad para 2030.

El gran reto de la cumbre será forjar un acuerdo más ambicioso para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero

El objetivo es más que ambicioso pero, según destacan varios informes científicos, sigue estando al alcance. Para para conseguirlo, los casi 200 países reunidos en Dubái tendrán que rendir cuentas de las medidas climáticas aplicadas hasta la fecha y presentar hojas de ruta más ambiciosas. En este proceso se espera, por un lado, que los estados se comprometan a abandonar (o reducir drásticamente) los combustibles fósiles y, por el otro, tripliquen su producción de energía renovable y dupliquen la eficiencia energética antes de que acabe esta década. Esta meta lleva años estando en el ojo del huracán de las negociaciones, ya que todavía son muchos los países que dependen del gas, carbón y petróleo y que no están dispuestos a dejar atrás estas fuentes de energía contaminantes.

Impuesto al petróleo

Dubái también tendrá que abordar otros debates clave en materia climática. Sobre todo, los relacionados con aumentar los fondos para financiar los planes de adaptación a la crisis climática así como las pérdidas y daños provocados por esta crisis global. En este ámbito destaca, por ejemplo, el objetivo de recaudar 100.000 millones de dólares anuales para ayudar a los países del sur global a adaptarse ante los extremos climáticos. O el fondo que se acordó del año pasado en Sharm el-Sheikh para financiar las pérdidas y daños de la crisis climática en los países más vulnerables del mundo y que ahora, en la cita de Dubái, tendrá que concretarse.

El año pasado, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, propuso crear un impuesto sobre los combustibles fósiles para financiar todos los problemas derivados de la emergencia climática. Según apunta un informe de la plataforma Climate Action Network (CAN), esta estrategia permitiría recaudar más de 210.000 millones de dólares anuales para luchar contra la crisis climática. Hay quien espera que durante la cita de Dubái se abra el debate sobre este mecanismo aunque, según apuntan muchas otras voces, será complicado crear un impuesto a los combustibles fósiles, así como otras medidas vinculadas al sector, en una cumbre tan marcada por la industria del petróleo.

Las negociaciones abordarán el gran reto de aumentar la financiación para hacer frente a la crisis climática

La cita de Dubái dará lugar a diferentes tipos de noticias y titulares. Por un lado, tal como ocurre cada año, es muy posible que los asistentes al evento aprovechen esta plataforma para anunciar pactos, asociaciones y todo tipo de iniciativas relacionadas con retos medioambientales (como, por ejemplo, coaliciones internacionales contra la deforestación, programas para proteger la biodiversidad de una región o acuerdos para reducir las emisiones de una determinada industria). Por otro lado, al final del evento, todos los miembros de Naciones Unidas presentarán un pacto final con los acuerdos alcanzados tras dos semanas de negociaciones. Y ese es el que, finalmente, recogerá los acuerdos formales de esta cumbre del clima (COP28).

Los organizadores del evento esperan recibir más de 70.000 visitantes a lo largo de dos semanas: la cifra más alta jamás registrada en más de medio siglo de cumbre del clima. Se espera la presencia de primeros ministros y jefes de Estado de todo el mundo (que pronunciarán sus respectivos discursos durante el acto oficial de inauguración), así como diplomáticos, empresarios, oenegés, científicos de primer nivel, activistas y periodistas. También hay expectativas por la participación de España en esta cumbre: dado que ahora mismo alberga la presidencia de la Unión Europea, todo apunta a que cargará con el peso de los Veintisiete en estas negociaciones. A última hora y por prescripción médica, el del papa Francisco, que debía convertirse en el primer Pontífice en participar en una cita de este tipo, ha anunciado que no viajará a Dubái.