Sanidad

La vacuna de la bronquiolitis en embarazadas incrementa el riesgo de parto prematuro

La farmacéutica GSK suspendió el ensayo clínico por seguridad al detectar estos efectos adversos | Galicia administra con éxito a los bebés otra inmunización contra este virus

Inmunización de un bebé contra el VRS en Santiago de Compostela.

Inmunización de un bebé contra el VRS en Santiago de Compostela. / ECG

Rafa López

La vacuna de la farmacéutica GSK contra el virus respiratorio sincitial (VRS) en embarazadas protege a sus bebés, pero aumenta el riesgo de parto prematuro. Así lo ha indicado un ensayo clínico en fase III llevado a cabo por la multinacional biofarmacéutica, que tuvo que ser suspendido por esta señal de seguridad. Los resultados se acaban de publicar en la prestigiosa revista científica estadounidense 'The New England Journal of Medicine' ('NEJM').

El estudio (Dieussaert et al: 'RSV Prefusion F Protein-Based Maternal Vaccine-Preterm Birth and Other Outcomes') muestra que los recién nacidos de madres vacunadas tenían un menor riesgo de sufrir eventos graves asociados al VRS –el virus que provoca bronquiolitis, que pueden requerir hospitalización en bebés, mayores y otras personas vulnerables–, pero también un mayor riesgo de nacer en un parto prematuro. En concreto, se calculó un caso de VRS en exceso por cada 54 nacimientos en el grupo de madres vacunadas. El mayor riesgo de prematuridad se observó en los centros del estudio situados en países con recursos medios y bajos.

Este contratiempo no afecta a la vacunación contra el VRS. En España, varias comunidades han sido pioneras en el mundo al incorporar a su calendario de vacunación un anticuerpo monoclonal, el nirsevimab, contra este virus aplicado a los bebés, no a sus madres. Tras el comienzo del proceso, en septiembre pasado, los primeros resultados reflejan que ha conseguido reducir la hospitalización de bebés por esta causa en un 80% aproximadamente.

Uno de los principales impulsores de este anticuerpo contra el VRS, el pediatra e investigador gallego Federico Martinón Torres, ya tenía conocimiento sobre estos datos de la vacuna de GSK para embarazadas. Explica a Faro de Vigo, del mismo grupo editorial, que “se vio que la vacuna funciona, pero que producía un exceso (pequeño) pero estadísticamente significativo de eventos adversos consistentes en prematuridad en las madres que recibían vacuna comparado con las que recibían placebo”.

Para Martinón, jefe del servicio de Pediatría del Hospital de Santiago (CHUS) y uno de los mayores expertos españoles en vacunas, “hay múltiples posibles causas que podrían explicarlo parcial o totalmente, pero en cualquier caso el laboratorio decidió suspender el desarrollo clínico de la vacuna en mujeres embarazadas, por seguridad”.

Por su parte, Ángel Hernández Merino, pediatra y colaborador del Comité Asesor de Vacunas, de la Asociación Española de Pediatría y de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, señala que “no se puede pasar por alto que la prematuridad en países con recursos medios y bajos es una condición de muy alto riesgo para la salud de los recién nacidos”. En declaraciones a Science Media Center, Hernández Merino subraya que “un 50 por ciento de las madres reclutadas para el estudio en el momento de la suspensión del ensayo procedían de países con recursos medios/bajos, y parece evidente que este hecho ha condicionado la visibilidad del mayor riesgo de prematuridad”, opina este experto.

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