La Guardia Civil busca en Almazán (Soria) a un hombre hondureño de 36 años, como presunto autor de la agresión sufrida el jueves por la tarde a su expareja, una mujer de 24 años, ingresada con pronóstico grave en el Hospital de Soria tras sufrir varias puñaladas.

Los hechos se produjeron cuando la víctima se dirigía desde su puesto de trabajo a su residencia habitual por una calle de Almazán, según confirmó ayer en rueda de prensa la subdelegada del Gobierno en la provincia, María José Heredia, quien aseguró que el juzgado de Almazán consideró «bajo» el riesgo de la mujer, si bien la Guardia Civil había intensificado la vigilancia a la joven. El autor asestó a la mujer varias puñaladas por la espalda y le produjo cortes en las manos presumiblemente al intentar defenderse. El hombre, que está siendo buscado por la Guardia Civil, había sido detenido el pasado 28 de noviembre por un delito de violencia de género contra su expareja, que denunció entonces una agresión sufrida en el mes de septiembre, durante las fiestas patronales. Por ello, tenía una orden de alejamiento de 200 metros dictada por la autoridad judicial el 29 de noviembre, con la «peculiaridad» de que los dos -víctima y agresor- debían seguir realizando su trabajo en el bar y en una empresa de distribución, respectivamente. La víctima llevaba conviviendo siete años con su agresor, antes de su separación.

Agresión frustrada

La Guardia Civil detuvo ayer en O Porriño (Pontevedra) a un joven de 29 años, como presunto autor de un delito de homicidio en grado de tentativa y otro de tenencia ilícita de armas, según fuentes de la investigación. Tal y como informó el Ayuntamiento, sobre las 16:30 horas del miércoles, el Instituto Armado recibió la llamada de una mujer que alertaba de un posible caso de amenazas de muerte por parte de su expareja, quien supuestamente se dirigía armado a su domicilio. Según las fuentes consultadas, el chico dejó una carta escrita a su madre, en la que confesaba su intención de acabar con la vida de su expareja. La mujer avisó a la exnovia de su hijo, y ésta lo comunicó a los agentes, que detuvieron al chico que iba con una escopeta automática que portaba enfundada en un macuto militar lista para disparar.