La Audiencia de Alicante ha absuelto a un vecino de la Marina Alta acusado de abusos sexuales a su hija menor de edad tras haber declarado ésta en el juicio que mintió para poder irse de casa, según la sentencia a la que ha tenido acceso este diario. Aunque el acusado no había llegado a estar en prisión preventiva por estos hechos, la Fiscalía pedía para él una pena de doce años de prisión, mientras que la tutela de la menor ha estado en manos de la Generalitat Valenciana que la ha tenido en una casa de acogida.

El acusado no era el padre biológico de la menor y mantenía una relación con la madre, llegando a adoptar a la pequeña años después. La menor denunció el año pasado que desde 2011 y cuando tenía doce años de edad su padre la obligaba a tener relaciones sexuales con él aprovechando los momentos en que ambos se quedaban solos en casa. Una versión que mantuvo frente a la policía, los médicos forenses y los psicólogos que la examinaron mientras se instruyó el caso. Sin embargo, el día del juicio declaró que mintió. Los jueces admiten en la sentencia que no pueden saber en cuál de las dos ocasiones dijo la verdad y que no hay elementos objetivos que permitan decir que los abusos realmente ocurrieron, por lo que han optado por absolver al acusado.

La sentencia dice que la joven, cuya comparecencia se hizo a puerta cerrada, declaró en el juicio que mintió «con la finalidad de salir de casa, por su actitud de rebeldía, no quería aceptar normas y porque había cogido una importante cantidad de dinero que sus padres guardaban en un cajón para comprarse un móvil». A lo que se une los problemas de convivencia que la menor tenía con su madre.

El acusado había negado rotundamente los hechos durante el juicio, mientras que la madre le apoyaba a él y declaró que no creía. La sentencia recuerda también que la madre destacó en su declaración los problemas que tenía con su hija «por su comportamiento y rebeldía (absentismo escolar, malos resultados académicos, falsificaba la firma de sus padres en las notas) y que es mentirosa».

Los jueces señalan en la sentencia que «puede entenderse que la menor tenga, ahora, un afán escultórico de su padre al que muestra cariño al ver la trascendencia penal de su denuncia, pero faltan elementos corroboradores de la inicial versión de la denunciante». En este sentido, recuerdan que los informes forenses no apreciaron lesiones en la menor y que además ésta ya había tenido relaciones sexuales con un novio «lo que impide atribuir de manera inequívoca la desfloración a los abusos sexuales y permite entender en cierta medida el conocimiento de determinados detalles aportados en la descripción de las relaciones sexuales que inicialmente decía haber mantenido con su padre». Asimismo, los informes de los peritos psicológicos han emitido dictámenes contradictorios.

El fallo recuerda la declaración de otra amiga de la víctima, a quien le contó inicialmente su relato de abusos y que fue la que la incitó a denunciar, que también reconoció que la menor suele mentir. Por todo ello, la sala absuelve al acusado de todos los cargos.