El botín eran los tranquilizantes. Un juzgado de lo Penal de Alicante sentó ayer en el banquillo a cuatro acusados del atraco a una farmacia, en el que los asaltantes iban encapuchados y armados con porras eléctricas. Tres de los procesados admitieron los hechos, mientras que el cuarto mantuvo que era inocente y que él no había intervenido. Ante la confesión, la Fiscalía, que inicialmente pedía cinco años de cárcel para cada uno por un delito de robo con intimidación, rebajó su petición de pena a un año y nueve meses de cárcel tras aplicar atenuantes de dilaciones indebidas, ya han tardado más de cuatro años en ser juzgados, y de reparación del daño. Algunos de los atracadores estaban representados por el abogado José Soler.

Los hechos ocurrieron el 23 de marzo de 2012 cuando los asaltantes se presentaron en una farmacia sita en la carretera de la Alcoraya, concretamente en la partida de la Cañada del Fenollar. Según el escrito de acusación, tres entraron en el local ocultando sus rostros con un pasamontañas, mientras que el cuarto les esperaba en la puerta con el coche en marcha. Los atracadores bajaron la persiana metálica del establecimiento y amedrentaron a los empleados con porras eléctricas y barras de hierro. Descargas que se usaban para incrementar la intimidación sobre el personal de la farmacia.

Los asaltantes se llevaron 258 euros que había en la caja registradora y obligaron a una de las empleadas a entrar en el almacén para que les entregara todas las existencias de Tranquimazin que tuvieran: seis cajas de distintos tamaños y que tenían un valor de 20,17 euros. También los ladrones se llevaron el teléfono móvil de una de las trabajadoras.

Los presuntos atracadores fueron arrestados pocos días después por otro hecho similar, momento en que se encontraron los tranquilizantes robados durante el asalto. En un registro domiciliario, la Policía encontró numerosos cuchillos, pistolas de fogueo, prendas usadas para los atracos, etcétera. Algunos de los implicados contaban con antecedentes por su implicación en otros hechos de este tipo.

El juicio quedó visto ayer para sentencia en el juzgado de lo Penal seis de Alicante. El reconocimiento de los hechos por parte de alguno de los acusados posibilitó que el juicio pudiera aligerarse, renunciándose a una buena parte de la prueba.