Un accidente fortuito ocurrido en aguas de la Cala del Mascarat de Altea, entre el puerto deportivo Campomanes y el Morro Toix, pudo haber terminado en tragedia si no hubiera actuado rápidamente el personal de servicio del puerto deportivo, gestionado por Marina Greenwich. Todo ocurrió cuando la hélice de una embarcación de 12 metros de eslora le produjo un profundo corte en el muslo izquierdo a una mujer que se encontraba en el agua. El patrón había decidido volver a puerto junto a su familia tras levantarse un fuerte viento, sin percatarse de que su madre, llamada Teresa, estaba en el agua y le arrolló ocasionándole importantes cortes en la pierna. Sus gritos de dolor y la cantidad importante de sangre en el mar alertaron de la gravedad del asunto e inmediatamente pidieron auxilio por radio al ver que tenía abierto completamente el muslo entre la rodilla y la ingle. El operativo de salvamento de Marina Greenwich estuvo dirigido por el contramaestre Toni Llinares a bordo de una zodiac y contó con la coordinación de la jefa de operaciones Cristina Ferrer y de la directora de administración Magda Ferrer. Ambas llamaron a la ambulancia y a los servicios médicos, que rescataron a la mujer, de 62 años de edad, y le prestaron los primeros auxilios para cortar la hemorragia. Este viernes, cuando ya se encontraba fuera de peligro, estabilizada en el hospital y con 40 grapas en la pierna, la familia agradeció la rápida intervención del personal del puerto a través de un comunicado. «Fueron minutos de gran tensión. No somos conscientes de que la vida te puede cambiar en cuestión de segundos», suscribía el hijo de la accidentada, quien responde a las iniciales de D.J.

Por otra parte, otra mujer de 60 años tuvo que ser evacuada en helicóptero desde la isla de Tabarca en la tarde de ayer, tras fracturarse el pie en una caída, según informaron a Europa Press fuentes del Ayuntamiento de Alicante. El suceso se produjo en la zona de la Cantera de la isla, después de que la afectada se desvaneciera.