La profesionalidad de los agentes del servicio de conducciones de la Policía Nacional de Alicante evitó el pasado fin de semana que el detenido por acuchillar a su mujer y a su hijo en la playa de San Juan causara un grave incidente con la pistola que intentó arrebatar a uno de los policías.
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El altercado ocurrió el sábado por la mañana cuando el detenido iba a ser subido al juzgado de guardia desde los calabozos, situados en el sótano Palacio de Justicia de Alicante. El detenido se revolvió contra tres agentes e intentó quitarle el arma reglamentaria a uno de ellos. Fueron momentos de gran tensión pero al final el sospechoso pudo ser reducido y recluido de nuevo en una de las celdas de los calabozos.
Tras el incidente llegaron más refuerzos policiales a los juzgados de Benalúa y al final la magistrada de guardia optó por realizar la comparecencia en los calabozos para prevenir nuevos incidentes, ya que el detenido ni siquiera quiso entrevistarse con el forense para evaluar su estado mental y además se opuso a la realización de la prueba del ADN.
El agresor de su pareja e hijo se acogió a su derecho a no prestar declaración en sede judicial y la magistrada de guardia acordó su ingreso en la prisión de Fontcalent, donde presumiblemente será objeto de un estudio médico para determinar su estado mental.
Antes de asestar seis puñaladas a su mujer, de 52 años, y herir de arma blanca a su hijo, de 24, el detenido -de la misma edad que su pareja- había amenazado recientemente con quitarse la vida. Presentaba problemas psicológicos y los especialistas deberán determinar de qué forma han influido en la agresión.