Un monitor escolar condenado a penas que suman 14 años y medio de cárcel en dos juicios anteriores por abusos aceptó ayer cumplir una tercera condena de cuatro años y seis meses por abusar sexualmente de un niño de 7 años durante las actividades extraescolares en un colegio de Alicante.
La Fiscalía, la acusación particular y las defensas alcanzaron un acuerdo de conformidad al inicio del juicio señalado en la Sección Tercera de la Audiencia y el acusado admitió su culpabilidad y cumplirá una pena de cuatro años de prisión. El tribunal dictó una sentencia «in voce» tras reconocer los hechos el procesado, que aún tiene pendiente un cuarto juicio.
Además de la pena de prisión, el acusado deberá indemnizar a la madre del menor con 6.000 euros por los daños morales, importe del que responden subsidiariamente la empresa para la que trabajaba y había sido subcontratada para las actividades extraescolares y la compañía de seguros del colegio de Alicante donde se cometieron los abusos.
Según la acusación de la Fiscalía reconocida ayer por el procesado, los hechos ocurrieron en fechas no determinadas desde el otoño de 2016 hasta octubre de 2017. El acusado trabajaba como monitor de ocio y tiempo libre para una empresa que realiza actividades extraescolares en varios colegios de niños. En el caso enjuiciado, el acusado ejercía de monitor de teatro y música y abusó de un menor de 7 años «movido por el ánimo de satisfacer sus más reprobables deseos sexuales».
De forma deliberadamente planeada y prolongada en el tiempo, añade la Fiscalía, el monitor sometió al menor a diversos actos de contenido sexual atentatorios contra la libertad e indemnidad sexual del niño. Para ello, aprovechaba las actividades extraescolares a las que asistía el niño y lo ponía en la última fila para cometer los abusos al finalizar la actividad y una vez habían salido del aula el resto de menores.
Según el Ministerio Público, el menor «estuvo sufriendo y aguantando esta situación a pesar de desagradarle, sin decir nada ni a la tutora, director del centro escolar, ni siquiera a su madre, por obediencia y respecto (temor a contradecir por tratarse de un profesor». El calvario del menor acabó cuando el 6 de octubre de 2017 fue víctima de nuevos abusos y se lo contó a su madre.
Protocolo
La progenitora comunicó los hechos al colegio y se activó el protocolo de investigación, además de dar cuenta a la Inspección de Educación y de cesar al monitor.
A principios de febrero de 2018, la madre del menor presentó una denuncia formal ante la Policía Nacional y un juzgado acordó para el monitor la prohibición de acercarse al niño a menos de 300 metros.
El niño recibió tratamiento psicológico y su conducta cambió a raíz de los hechos denunciados, «tornándose rebelde, gritón, con pesadillas, eneuresis nocturna e incremento de tartamudeo», señala la Fiscalía en su escrito de acusación.
