Una investigación iniciada por la Guardia Civil de Moraira y Benissa ha permitido detener a cinco miembros de un grupo criminal acusado de cometer 95 delitos contra el patrimonio y el orden socioeconómico, la mayoría robos y hurtos en viviendas de la Marina Alta y de varios municipios de las provincias de Valencia y Cuenca, así como estafas bancarias con tarjetas, receptación, blanqueo, okupación de viviendas, usurpación de estado civil, contra la seguridad vial y pertenencia a grupo criminal. Los presuntos ladrones, cuatro españoles y un maliense residentes en la localidad valenciana de Riba-roja, se desplazaban de esta población para cometer los robos y en los registros domiciliarios efectuados se han intervenido efectos sustraídos por un valor de 947.000 euros, según la Guardia Civil.

Efectos robados y recuperados por la Guardia Civil tras detener al grupo de ladrones que operaba en la Comunidad Valenciana y Cuenca.

Las pesquisas se iniciaron el pasado mes de junio tras detectarse un aumento de los robos en viviendas de la Marina Alta, la mayoría de uso vacacional. Los ladrones actuaban tanto a plena luz del día como por la noche y si había moradores también entraban a robar, descalzándose para no hacer ruido y evitar que les descubrieran.

Los ladrones se apoderaban sobre todo de objetos que tienen fácil salida en el mercado, como joyas, relojes, dinero, teléfonos móviles, ordenadores portátiles, tablets y tarjetas bancarias, las cuales eran utilizadas en establecimientos cercanos nada más consumar los asaltos, antes de que las víctimas las bloqueasen al descubrir los robos.

Según la Guardia Civil, los sospechosos eran miembros de una misma familia asentada en Riba-roja y desde allí se desplazaban en diferentes vehículos para cometer los robos en municipios alicantinos como Teulada Moraira, Benissa, Calp, Benitatxell, Dénia y Xàbia, así como en los valencianos de Gandia, Cullera, Sueca, Tavernes y Aldaia y en varios de Castellón y Cuenca.

Los autores materiales eran un joven de 27 años y una chica de 25 y el grupo contaba con colaboradores para dar salida de forma casi inmediata a los efectos sustraídos en las viviendas.

Amplio despliegue

Una vez identificados todos los implicados la Guardia Civil organizó un dispositivo con 44 agentes para realizar las detenciones y registros en dos viviendas en Riba-roja, una en Tavernes de la Valldigna, dos en València, uno de ellos en un comercio de compraventa de oro.

Además se realizó un registro en un parking de contenedores y camiones en Aldaia, donde los investigadores inspeccionaron 105 contenedores de barco y 60 cajas de camiones. En uno de los contenedores, el detenido originario de Mali tenía más de mil sillas de terraza bar y televisores sustraídos para enviarlos a su país.

En los registros la Guardia Civil intervino, además de las mencionadas sillas de bar, casi mil piezas de joyería, numeroso material informático, televisores, teléfonos móviles, patinetes eléctricos, treinta juegos de cadenas de nieve, ocho grupos electrógenos, numerosos bolsos, carteras y gafas de sol de prestigiosas marcas, diversas tarjetas bancarias sustraídas, así como tres vehículos con los que se desplazaban los detenidos. La Guardia Civil ha cifrado en casi un millón de euros el valor de todo ello.

Los arrestados pasaron a disposición del juzgado de Instrucción número 3 de Dénia, que acordó prisión sin fianza para el joven de 27 años, considerado el cabecilla del grupo, y libertad para el resto.