Un hombre encarcelado por haber violado a una niña de 7 años, vecina suya, fue enviado a casa porque en la celda donde cumplía condena había goteras. Tan sorprendente liberación ha tenido lugar en Pichanal, una ciudad del departamento de Orán, ubicada al noreste de la provincia de Salta, en Argentina.

En prisión preventiva a la espera de juicio, el reo llevaba 8 meses encerrado en la Comisaría número 21 tras haber sido detenido acusado de abusar de la hija de su vecino. "Papá, está en el patio de al lado", señaló la pequeña a su padre cuando vio a su presunto violador, quien además tenía una orden de alejamiento para que no se acercase a ella.

Los fuertes temporales que sufre la zona en esta época del año provocaron que la lluvia filtrara en algunos calabozos del centro penitenciario, entre ellos en el que estaba recluido el agresor sexual. El pasado día 7 de enero los efectivos policiales le enviaron a su domicilio con el pretexto de que "era más barato que arreglar el techo".

El padre de la víctima acudió rápidamente a denunciar los hechos y en comisaría admitieron estar al corriente de lo sucedido. "Le pregunté al oficial si sabía de la causa, y me contestó que sí. No entiendo cómo no midieron el peligro y lo que hubiese pasado si ese infeliz la tocaba otra vez”, se lamenta el padre en declaraciones a medios locales.

La niña se encuentra en tratamiento psicológico y "verlo de nuevo sólo atrasa su recuperación", apunta el hombre.

Un comisario y un agente de policía han sido denunciados por negligencia e incumplimiento del deber.