Centenares de personas se congregaron en la iglesia parroquial de San Nicolás de Bari de la localidad segoviana de Torrecaballeros para despedir a la pequeña Olivia, la niña de seis años asesinada presuntamente por su madre en Gijón. “No hay palabras para describir humanamente lo que ha pasado”, reflexionó el sacerdote del templo segoviano, que durante la eucaristía estuvo arropado por religiosos claretianos, incluidos del colegio Corazón de María, donde estudiaba la pequeña.
La iglesia se quedó pequeña. Fueron muchos los que tuvieron que seguir la eucaristía de pie, e incluso desde fuera del templo. Poco antes de iniciarse el funeral, llegaba el coche fúnebre. Su padre, Eugenio García, arropado por el resto de familiares, recibían a la pequeña Olivia, lamentando la tragedia ocurrida y frotando varios peluches sobre el ataúd de la niña, ya bendecido por el sacerdote.
Tras la celebración religiosa, desde la iglesia, todos los vecinos siguieron el coche fúnebre camino del cementerio del pueblo. Protección Civil y la Guardia Civil escoltaban también la comitiva que despidió a la pequeña. Se vivieron momentos muy emotivos, de recuerdo de la niña, entre muchas lágrimas y abrazos a los parientes.
Por la mañana, en la plaza Mayor del pueblo, cinco minutos de silencio y una atronadora ovación sirvieron de homenaje para Olivia. Fue un acto emotivo, con varias fotografías de la pequeña en las que salía sonriente. "Estamos aquí para rendir homenaje a la 'pirata' que llamábamos todos, a la pirata que enredaba en el pádel, que enredaba por todos los lados. Era una disfrutona nata, pobrecita, pobrecita. pobrecita, no supimos ver... Espero haberla ayudado el poquito tiempo que he podido pasar con ella. Esto va por ello y ya habrá tiempo para más cosas", pronunció su padre, Eugenio García, durante el homenaje.
Investigación abierta
Por otro lado, la presunta asesina continúa en dependencias policiales, en los calabozos de la comisaría de El Natahoyo, y no está previsto que a lo largo de este martes pase a disposición judicial. Los agentes al frente de la investigación, de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev), continúan realizando diligencias y toma de declaraciones para completar el atestado que remitirán al Juzgado de Guardia. Al cargo de este trágico crimen que ha conmocionado a la ciudad se encuentra la magistrada del Juzgado de Instrucción número 1 de Gijón, Carolina Montero, que estuvo presente en el piso cuando levantaron el cadáver de la niña.
Noemí M. L., la madre de la pequeña, había recogido a su hija el pasado sábado en Segovia, provincia en la que vive su expareja sentimental, con el que mantuvo una dura batalla judicial. Fue el viernes cuando las medidas impuestas del régimen de guardia y custodia de la menor habían cambiado. Hasta ahora era la madre quien se quedaba siempre al cargo de la niña, con un régimen de visitas de fines de semana alternos para el progenitor, Eugenio García. El viernes se invirtieron las tornas y era ella quien pasaba a disfrutar solo de los fines de semana. Esa modificación alteró sobremanera a esta mujer, que llevaba residiendo en Gijón desde hace un año. El domingo dejó de contestar a los mensajes y a las llamadas, ni siquiera a las de su hermano, que fue la persona que dio la voz de alarma a la Policía Nacional. Las insistentes llamadas a la puerta por parte de los agentes que se desplazaron hasta el número 71 de la vía de El Llano, sin respuesta, hacían temer lo peor. De hecho, nada más entrar al piso comprobaron que la menor estaba muerta, desplegando un operativo muy amplio, como adelantó La Nueva España, del grupo Prensa Ibérica, para esclarecer todo lo ocurrido.
