En Murcia

Un joven de 20 años admite que abusó sexualmente de su prima de 5 y evita entrar en la cárcel

La niña contó a su madre lo que le hacía su familiar en la casa donde veraneaban todos juntos: un juego que a ella "no le gustó"

Manifestación contra los abusos sexuales a niñas y mujeres, en una foto de archivo.

Manifestación contra los abusos sexuales a niñas y mujeres, en una foto de archivo. / L.O.M.

Ana Lucas

Ana Lucas

Tenía veinte años de edad cuando abusó sexualmente a su prima, de solamente cinco. Los hechos tuvieron lugar en el verano del año 2018. Ahora, que el caso ha llegado a juicio, el sujeto tiene 25 años y la niña 10. Él ha reconocido lo que hizo y depositado 6.000 euros en la cuenta del juzgado, en concepto de indemnización. La Audiencia Provincial de Murcia lo ha condenado a dos años de prisión, pero, al no tener antecedentes, no pisará la cárcel.

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Nº 3 de Cieza comenzó con la investigación de la causa, la cual se ha dilatado en el tiempo. Al tardar tanto en salir la vista hora, se aplica, a la hora de dictar condena, la atenuante de dilaciones indebidas, como marca la ley. En este caso concreto, también están las atenuantes de confesión tardía y de reparación del daño (por la indemnización).

"Vídeos de miedo"

Los abusos se produjeron en una casa de campo, donde la familia pasaba las vacaciones. Tal y como se lee en el relato de hechos probados de la sentencia, "el chico aprovechando la convivencia familiar estival y la relación de confianza por ser primo de la menor, y abusando de la superioridad que le otorgaba su relación de parentesco y la diferencia de edad entre ambos, movido por un ánimo libidinoso, convenció a su prima para jugar al ‘juego de la cuca’, consistente en que el acusado solicitaba a su prima que le masturbara, hasta eyacular; así como que el acusado tocara los genitales de su prima".

La niña lo contó, sus padres denunciaron y comenzó el procedimiento judicial. La defensa del sujeto llegó a pedir la absolución, al ampararse en que la pequeña había tardado meses en declarar en sede judicial. En su testifical, la menor contó que, con su primo, jugaba a "vídeos de miedo" con la puerta cerrada. 

Dijo que su familiar le "tocaba el chichi" y que un día hicieron un juego que a ella no le gustó. Manifestó que, cuando se lo contó a su madre, esos juegos se acabaron, y nadie los había presenciado, ya que su primo y ella estaban solos en la habitación. 

Un relato creíble

El informe forense psicológico cuyo objeto fue la valoración de la credibilidad del testimonio de la menor concluye que el relato es espontáneo y "probablemente creíble", con estructura lógica, sin contradicción en los hechos y con coherencia interna. 

La madre de la víctima dijo que prefiere "pensar que no tiene secuelas" tras lo vivido, por lo que no ha vuelto a sacarle el tema, aunque explicó que se plantea llevar a la pequeña a un psicólogo infantil, si fuese necesario. El padre es partidario de esta idea, de que la niña reciba ayuda.

El sujeto lo admite

Al final el individuo acabó admitiendo lo que hizo. "El acusado ha confesado libre, consciente y voluntariamente los hechos, y ha consignado la suma de 6.000 euros, a modo de reparación del daño causado", consta en la resolución judicial.

La acusación particular solicitó para el sujeto una pena de tres años y medio de prisión. Finalmente, se quedó en dos años, al aplicarse las atenuantes