Los médicos detectan casos de cáncer e infartos vinculados a la falta de vitamina D por no tomar el sol

El uso entre los alicantinos de factores elevados de protección para la piel y el tiempo que se pasa en interiores explican el déficit de un nutriente que ayuda a los huesos a absorber el calcio

En los niños la carencia de esta vitamina puede causar raquitismo, de ahí que los pediatras den suplementos a los bebés menores de un año

Los expertos recomiendan a las personas mayores estar al sol al menos media hora al día para sintetizar la vitamina D

Los expertos recomiendan a las personas mayores estar al sol al menos media hora al día para sintetizar la vitamina D / David Revenga

J. Hernández

J. Hernández

Cuatro de cada diez alicantinos adultos y tres de cada diez niños sufren déficit de vitamina D, imprescindible para el metabolismo de todas las células del cuerpo y para fijar el calcio en los huesos. ¿Cuál es la causa de esta carencia en una de las provincias con más horas de sol del país? Los médicos lo tienen claro: la generalización del uso de factores muy elevados para proteger a la piel de las radiaciones que puede causar un cáncer de piel (una fotoprotección solar 50 inhibe también cincuenta veces la absorción de vitamina D en el cuerpo) y por otro, la vida sedentaria que nos lleva a pasar gran parte del día en interiores, bien en los domicilios o en los centros de trabajo.

La falta de vitamina D no es baladí pues se ha vinculado a infartos y cáncer. "Tener valores muy bajos de este nutriente está relacionado con enfermedad cardiovascular y con patología oncológica. Es real. Una adecuada exposición solar y una ingesta por día de buenos alimentos es recomendable. Casi todo el mundo que nos hacemos unos análisis tenemos la vitamina D baja y es muy importante tenerla en rango terapéutico en la prevención para cáncer de colon, mama o próstata. Existen múltiples estudios que avalan que es esencial para evitar tanto enfermedades como su agravamiento. Hay que concienciar a la población de la situación sin alarmar", afirma la doctora ilicitana Mari Ángeles Medina, presidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria (SoVaMFIC) sobre lo que denomina como "un trastorno de la vida moderna".

Infartos

Médicos hospitalarios consultados señalan en la misma línea que en adultos la carencia de esta vitamina se vincula con infartos y cáncer. "La vitamina D está implicada en numerosos procesos metabólicos y se ha visto relacionada en muchas patologías oncológicas. Tiene un papel muy importante en el metabolismo óseo y a otros niveles", afirma un facultativo del Hospital de Alicante. De hecho se estudia su relación con la esclerosis múltiple.

"Tener valores muy bajos de esta vitamina está relacionado con enfermedad cardiovascular y con patología oncológica"

Mari Ángeles Medina

— Presidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria

Un dato más que constata el papel de esta vitamina es el hecho de que los pediatras alicantinos dan suplementos de esta sustancia a los bebés hasta 1 año independientemente de que reciban lactancia materna o artificial por recomendación de comités y sociedades científicas. La Asociación de Pediatría Extrahospitalaria de la provincia destaca que el déficit de vitamina D puede causar raquitismo en los menores, un problema de la mineralización de los huesos, con todo lo que conlleva a nivel de crecimiento; y que la carencia se ha detectado sobre todo en niños mayores y adolescentes.

Para los huesos fuertes

La obesidad y diversas patologías intestinales bloquean asimismo la correcta absorción de la vitamina D que además necesitamos en una cantidad suficiente, junto al calcio, para ayudar a mantener los huesos fuertes. De ahí que se suplemente a los enfermos de osteoporosis para evitar que se agrave la descalcificación ósea, a mujeres en la postmenopausia y a las personas mayores.

Según el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, sitio oficial del gobierno de aquel país, la vitamina D consta de hormonas solubles en grasas y prohormonas (sustancias con poca actividad hormonal pero que el cuerpo convierte en hormonas) que nos ayudan a usar el calcio y el fósforo para tener huesos y dientes fuertes. Estos nutrientes también reducen la inflamación, controlan el crecimiento celular e influyen en el funcionamiento inmunitario y neuromuscular, así como en el metabolismo de la glucosa.

Esta institución explica que investigaciones epidemiológicas y de población hallaron menos probable que las personas que vivían en latitudes del sur, donde los niveles de exposición a la luz solar son relativamente altos, tuvieran ciertos tipos de cáncer en comparación con quienes vivían en latitudes del norte dado que la exposición a la luz solar conduce a la producción de vitamina D en la piel.

Por ello, los investigadores plantearon la hipótesis de que la variación en las concentraciones de vitamina D podría explicar las asociaciones con el cáncer. Asimismo, determinaron que las concentraciones más altas de la misma se asocian con una disminución del riesgo de cáncer colorrectal y de otros como vejiga.

Sol y alimentos

Las personas obtienen vitamina D en forma natural cuando exponen la piel al sol (colecalciferol). Esta forma también abunda en algunos alimentos, como el pescado azul (salmón, trucha, atún y caballa), el aceite de hígado de pescado, el hígado y los huevos. Otra forma está presente en algunas plantas y hongos, así como en los lácteos "pero no es suficiente. No es cuestión de decirle a la gente que tome alimentos ricos en vitamina D, que está bien, pero solo con eso no va a bastar. Es necesaria la exposición solar", abunda la doctora Medina, que recuerda que la latitud de la península ibérica también dificulta la sintetización de la vitamina, pese a que nos sobren horas de sol, por la forma en que inciden los rayos al estar físicamente por encima de determinado paralelo.

"En personas adultas, con estar al sol 10 ó 15 minutos entre las 10 de la mañana y las cinco de la tarde es suficiente. En personas ya mayores tendrían que exponerse mínimo 30 ó 40 minutos pero eso casi nadie lo hace"

Mari Ángeles Medina

— Presidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria

"En personas adultas, con estar al sol 10 ó 15 minutos entre las 10 de la mañana y las cinco de la tarde es suficiente. En personas ya mayores tendrían que exponerse mínimo 30 ó 40 minutos pero eso casi nadie lo hace, porque a pesar de que tenemos mucho sol en realidad pasamos muchas horas dentro de las casas, de las oficinas, de las fábricas...Tenemos que intentar hacer vida en el exterior, que nos dé el sol, sin excedernos", señala Mari Ángeles Medina. Recomienda conjugar el tiempo de exposición solar para no tener cáncer de piel pero a la vez que nos sintetice vitamina D a través de la piel.

Los médicos instan a conjugar la protección solar contra el cáncer de piel con la necesidad de recibir la vitamina D

Los médicos instan a conjugar la protección solar contra el cáncer de piel con la necesidad de recibir la vitamina D / Alex Domínguez

Sin cribado

Para confirmar la falta de vitamina D en el organismo hay que hacer un test de laboratorio costoso económicamente. De ahí que los médicos racionalicen recursos y solo los pidan de manera proactiva cuando hay factores de riesgo. Ahora está muy en boga entre los pacientes, señalan los facultativos, pedir la analítica o directamente que se les recete vitamina D.

Sin embargo, las autoridades sanitarias no han considerado incluir el cribado universal de este nutriente en la cartera de servicios al dar por hecho que es frecuente por la latitud en que vivimos. "No recetamos a todo el mundo la vitamina D, solo a las personas que a través del test o bien por esos factores de riesgo hemos determinado que tienen carencia. Para la población en general sería cuestión de exponerse al sol de manera prudente; hacer ejercicio porque la obesidad hace que la vitamina D caiga y alimentarnos correctamente como en cualquier otra prevención de patologías", señala la doctora.

Además un exceso de esta vitamina puede causar acumulación de calcio en la sangre (hipercalcemia). Esto provoca náuseas y vómitos, debilidad y micción frecuente. La toxicidad de la vitamina D puede derivar en dolor de huesos y problemas renales, como la formación de cálculos de calcio.

En este aspecto incide Carolina Torres, representante de los pediatras de Atención Primaria de la provincia. "Hay laboratorios que preguntan por qué quieres pedir la vitamina D y que se justifique para intentar no caer en el sobretratamiento".

Guías clínicas

Las recomendaciones que las sociedades científicas establecen en las guías de práctica clínica pasan actualmente por dar suplementos de vitamina D a todos los recién nacidos con 400 unidades UI (unidades internacionales) al día sobre todo los que son alimentados con el pecho materno y los que lo están con lactancia artificial también "porque la indicación para no suplementar es que tienen que superar la ingesta de medio litro o un litro de leche al día", algo que no suele ser frecuente. En el caso de los bebés alimentados con lactancia materna se estima que la vitamina que reciben no puede llegar a niveles deseables para garantizar una adecuada mineralización, de ahí que el papel de la vitamina D en el metabolismo se suplemente.

"A los niños les protegemos mucho del sol porque es bueno pero también nocivo. En teoría con una exposición de las manos y otras zonas generalmente fotoexpuestas de diez a quince minutos es suficiente para para generar nuestros niveles de vitamina D"

Carolina Torres

— Presidenta de la Asociación de Pediatría Extrahospitalaria de Alicante

La pediatra también apela a exponerse al sol con moderación. "A los niños les protegemos mucho del sol porque es bueno pero también nocivo. En teoría con una exposición de las manos y otras zonas generalmente fotoexpuestas de diez a quince minutos es suficiente para generar nuestros niveles de vitamina D ya que la fuente principal es el sol", coincide.

¿Cuándo pide las pruebas de vitamina D a un niño? Carolina Torres señala que como en los últimos años se está viendo que tiene un papel tan importante en muchos procesos patológicos y está implicada en el cáncer "se piden muchas en la práctica clínica. El problema es que hay que interpretar el contexto porque no tenemos muy claro bueno los valores de normalidad, que varían en un amplio rango y probablemente dependa mucho de las características de la persona y de dónde viva. De la raza y de la de la latitud. Normalmente cuando pedimos las pruebas es habitual encontrarla en rangos que hoy por hoy pues se encuentran no tanto en déficit grave como en insuficiencia".

Postmenopausia

La enfermera Mari Ángeles Gómez señala que se da vitamina D a todas las personas que sufren de osteoporosis para evitar que se agrave la descalcificación de los huesos porque es la vitamina precursora de que el calcio se almacene en los huesos y los haga fuertes.

"Nos pasamos muchas horas bajo techo y cuando salimos no quedan las suficientes horas de sol y te los tienen que sintetizar en forma de medicamento. Los estilos de vida son los que nos llevan a padecer de estas patologías"

Mari Ángeles Gómez

— Enfermera

"Hay mucho déficit de vitamina D. También influyen los trabajos sedentarios, pasamos muchas horas en las oficinas y en las casas, y no se toma el suficiente sol para activar esa vitamina. Hay que activarla con el sol. Nos pasamos muchas horas bajo techo y cuando salimos no quedan las suficientes horas de sol y te los tienen que sintetizar en forma de medicamento. Los estilos de vida son los que nos llevan a padecer de estas patologías", señala también.

Bañistas tomando el sol en una playa de Benidorm

Bañistas tomando el sol en una playa de Benidorm / David Revenga

Los facultativos de Atención Primaria dan asimismo de forma preventiva la vitamina cuando confirman que el paciente no está en los parámetros normales y empieza a tener un desgaste óseo. Es una forma de intentar frenar ese desgaste y de que el calcio se vaya depositando en los huesos.

Mujeres en la postmenopausia entran en ese parámetro y otras patologías que se llevan mayoritariamente en el primer nivel asistencial así como personas mayores crónicas pues hay mucha población que se acerca cada vez más a esas edades y necesita ese apoyo para retrasar la osteoporosis y sus consecuencias.

Esta enfermera, de 63 años, se trata con vitamina D porque el desgaste óseo va haciendo mella en su salud y cuenta con antecedentes familiares. Tiene un triple tratamiento: su médico le dio ácido alendrónico para rescatar el calcio, toma vitamina D todos los días y otra pastilla distinta del mismo nutriente cada 15 días, además de vitamina C.