Investigadores de la UA y la UMH usan inteligencia artificial para prevenir riesgos en las operaciones de cáncer de colon

Inteligencia artificial (IA) para prevenir complicaciones postoperatorias en pacientes con cáncer de colon. Es una de las revoluciones en las que están trabajando investigadores de la Universidad de Alicante (UA) y de la Miguel Hernández de Elche (UMH) con la vista puesta en empezar a aplicarla este mismo año para ayudar a los sanitarios a tomar decisiones a la hora de abordar el carcinoma más frecuente en la provincia y el segundo más letal.

La aplicación, que se pondría de forma pionera a nivel nacional, busca anticiparse a los efectos adversos de una intervención quirúrgica como puede ser incontinencias o que se rompan la sutura, en definitiva, mejorar la calidad de vida del afectado, según Josep Xabier Barber, el estadístico de la UMH que está liderando la investigación, junto a los doctores del servicio de Cirugía Digestiva del Hospital General de Elche, Antonio Arroyo y Luis Sánchez Guillén y el informático de la UA, Germán González.

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«Hasta ahora lo que se ha visto es que el paciente puede tener unos efectos adversos diferentes una vez se le ha intervenido tras un cáncer de colon. En función de que tenga más o menos grasa, sea más flaco o tenga un poco de obesidad», explica Barber.

Con ello, lo que permitiría esta herramienta, tal y como explica el investigador, es conocer con el uso de la IA qué le depara al paciente en décimas de segundo antes de proceder a la operación.

Nutrición preventiva

«A través de una imagen de TAC vemos cuánta grasa visceral y cuánto músculo tiene el afectado en esa zona del cuerpo que es donde se le va a intervenir. Lo que tratamos de ver es qué relación existe entre el futuro de ese paciente y esa imagen hecha previa a la intervención», añade el estadístico de la UMH. Y es que conocer al detalle la grasa del paciente es tan importante hasta el punto de tener más o menos complicaciones o como se dice en la jerga médica, que la prognosis sea de una forma u otra. «Lo que se trata es que si los porcentajes de grasa y músculo que salen en esa imagen del TAC no son los deseados, se pueda rehabilitar al paciente dándole una nutrición preventiva para que mejore esas cualidades antes del TAC», indica el estadístico.

Hasta ahora lo habitual era basarse en los análisis clínicos, midiendo, pesando al paciente, preguntándole tras una operación si tiene o no dolor y con la aplicación de la IA, los investigadores aspiran a tener una mayor capacidad predictiva a medio y largo plazo sobre la evolución del enfermo.

«Ahora el análisis de esta imagen se puede hacer a mano, es decir, con el ratón vas marcando puntitos y el programa te da un área aproximada, pero es que con la inteligencia artificial se puede conseguir en décimas de segundo. La rapidez con la que se resuelve esto es muy grande. Con todas las mediciones sacadas, el programa te dice cuál es son sus riesgos, se podría decir que obtenemos una calculadora de riesgo», destaca.

Calidad de vida

Los investigadores de las dos universidades de la provincia llevan ya un año trabajando en esta tecnología que supondría un avance esperanzador para los que sufren uno de los tipos de cáncer más frecuentemente diagnosticados en España en 2024 en ambos sexos, con más de 44.000 nuevos casos, por encima de próstata, pulmón y mama, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), y segunda causa de muerte en el territorio. Fueron un 14 % más de nuevos casos, una de las cifras más altas en una década, según datos del Observatorio de la Asociación Española contra el Cáncer. Afecta tanto a hombres como a mujeres y la mayoría de afectados tienen más de 50 años.

Según Barber, ya hay varios grupos a nivel mundial que están trabajando con IA en este campo, pero que se esté llevando a la práctica ya todavía no tienen constancia. El compromiso es que antes de que acabe el año ya pueda estar aplicándose.

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