Tribunales

Condenado en Zaragoza por violar a su hija de 13 años tras encerrarla con pestillo en su habitación

El acusado confiesa los hechos ante la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Zaragoza y acepta una pena de ocho años y seis meses de cárcel

También ha abonado una indemnización de 10.000 euros en concepto de responsabilidad civil

Galo Augusto Guasgua Sánchez, minutos antes de reconocer los hechos en la Audiencia Provincial de Zaragoza.

Galo Augusto Guasgua Sánchez, minutos antes de reconocer los hechos en la Audiencia Provincial de Zaragoza. / Laura Tribes

A. T. B.

El miedo, la vergüenza o la autoculpa son algunos de los sentimientos que invaden a las víctimas de los abusos y las agresiones sexuales a la hora de denunciar este tipo de episodios. No se quedó atrás una adolescente zaragozana que, a sus trece años, se convirtió en el juguete sexual de su propio padre, quien le encerraba con pestillo en su dormitorio para desnudarla y violarla. El martes, Galo Augusto Guasgua Sánchez (Ecuador,1979) reconoció los hechos ante la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Zaragoza y aceptó una pena de ocho años y medio de cárcel como autor de un delito continuado de abuso sexual.

Estos fueron los términos del acuerdo alcanzado entre el ministerio fiscal, la acusación particular y la defensa y que también recoge el pago de una indemnización de 10.000 euros en concepto de responsabilidad civil. El citado importe fue consignado en las cuentas del juzgado con anterioridad a la celebración del juicio, de ahí la aplicación de la atenuante muy cualificada de reparación de daño. Sobre Guasgua Sánchez también pesa una orden de alejamiento de 200 metros durante los próximos doce años y la medida de libertad vigilada por tiempo de cinco años.

Los hechos denunciados se remontan a 2014, aunque no fue hasta marzo de 2022 cuando la víctima decidió contárselo a su madre. Fue en ese momento cuando la joven destapó los abusos que cometió su progenitor entre 2013 y 2015 e incluso precisó que, años antes, le maltrataba físicamente al golpearla con un cinturón cuando le duchaba. La violencia de sus actos fue escalando hasta el punto de valerse de su condición de superioridad y parentesco para hacerle cosquillas y luego manosearla. Con el paso de los días llegó a encerrarla en su dormitorio para cerciorarse de consumar las violaciones que incluso incluían el acceso carnal por vía anal.

El martes, el progenitor confesó la autoría de esta concatenación de agresiones sexuales que cometió contra su hija y que le han generado un cuadro de estrés postraumático con afección en el día a día. Tanto es así que la vista de conformidad se celebró a puerta cerrada para salvaguardar su intimidad.

La sentencia, que fue dictada 'in voce' por el presidente del tribunal provincial, el magistrado Francisco Picazo, es firme al señalar las partes que no presentarán recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA). Inicialmente, tanto el ministerio público como la acusación solicitaban una pena de doce años de prisión. La causa la ha dirigido el Juzgado de Instrucción numero 4 de Zaragoza.

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