El pensamiento no depende de las conexiones neuronales, sino de la orografía cerebral

Un nuevo estudio desafía nuestra idea sobre cómo se genera el conocimiento humano

Para el pensamiento, es más importante el paisaje cerebral que las conexiones neuronales.

Para el pensamiento, es más importante el paisaje cerebral que las conexiones neuronales. / Gerd Altmann en Pixabay.

Eduardo Martínez de la Fe

Eduardo Martínez de la Fe

La actividad cerebral depende principalmente de la forma del cerebro, y no de las conexiones neuronales, un descubrimiento que revoluciona la visión neurocientífica de cómo se forman los pensamientos y sentimientos humanos.

El cerebro no es un receptáculo biológico en el que los pensamientos, sentimientos y comportamientos se generan a través de las conexiones neuronales que se establecen entre diferentes regiones especializadas.

Más bien hay que entenderlo como un paisaje lleno de surcos, contornos y pliegues, cuya configuración anatómica determina la actividad cerebral de la que depende nuestra cognición, según una nueva investigación dirigida por el Instituto Turner para el Cerebro y la Salud Mental de la Universidad de Monash en Australia.

Eso significa que la actividad cerebral se desarrolla de la misma forma que una onda en el agua (se expande en función del marco físico del estanque), o de la misma forma en la que el sonido que se desprende de un violín depende de la longitud, densidad y tensión de la cuerda que lo genera.

Revolución neurocientífica

Un tambor también vale como ejemplo: retumba en función de su estructura física. Las ondas cerebrales no son, por lo tanto, el producto directo de las conexiones neuronales, como señalan los autores de esta investigación, sino de la orografía cerebral que, a modo de correntía, regula el paso de los pensamientos a través de las montañas, vaguadas y laderas cerebrales.

Este descubrimiento es importante porque, durante más de un siglo, los científicos han pensado que los patrones de actividad cerebral que definen nuestras experiencias, esperanzas y sueños estaban determinados por cómo las diferentes regiones del cerebro se comunican entre sí a través de una compleja red de billones de conexiones neuronales.

Patrones topográficos

El nuevo estudio ha examinado más de 10.000 mapas diferentes de la actividad del cerebro humano y descubierto que realmente no es así: el mapa topográfico del cerebro de una persona ejerce una influencia mucho mayor sobre cómo pensamos, sentimos y nos comportamos, que su intrincada conectividad neuronal.

El estudio ha ido incluso más lejos: ha establecido los patrones de actividad que siguen nuestras neuronas cuando atraviesan el mapa topográfico cerebral y procesan las influencias que reciben de los surcos, contornos y pliegues del cerebro.

Los investigadores de la Universidad de Monash James Pang (izquierda) y Alex Fornito.

Los investigadores de la Universidad de Monash James Pang (izquierda) y Alex Fornito. / Universidad de Monash.

Todo el cerebro

Porque otra de las conclusiones de este estudio es que los pensamientos y otras derivadas de la actividad neuronal están asociados a patrones de actividad que abarcan casi todo el cerebro, lo que obliga a revisar también la especialización que se ha atribuido hasta ahora a diferentes regiones cerebrales.

“La idea de que la geometría del cerebro puede influir o restringir cualquier actividad que ocurra en su interior no es una pregunta de neurociencia convencional, ¿verdad? Es una pregunta muy esotérica... Ha habido décadas de trabajo tratando de mapear el intrincado cableado del cerebro, y hemos pensado que toda la actividad que sale del cerebro es impulsada por este intrincado cableado", dice James Pang, uno de los autores de esta investigación, citado por Phyisics World.

Sofisticados modelos

Esta investigación, cuya solidez se basa en sofisticados modelos matemáticos del cerebro, obliga a replantearse esa visión y establece con claridad que la forma del cerebro es mucho más importante que su cableado: lo que realmente determina nuestra identidad y nos define como personas pensantes y libres es algo aparentemente más prosaico que una sofisticada red neuronal.

Isabel Allende, sin pretenderlo, ha ido un poco más allá de lo que plantea esta investigación al decir: las raíces no están en el paisaje, ni en un país, ni en un pueblo, están dentro de ti. Aplicada esta reflexión a lo que ahora sabemos del cerebro, tal vez tenga toda la razón.

Referencias

Geometric constraints on human brain function. James C. Pang et al. Nature, volume 618, pages 566–574 (2023). DOI:https://doi.org/10.1038/s41586-023-06098-1

Have we got the brain all wrong? A new study shows its shape is more important than its wiring. James Pang, Alex Fornito. The Conversation, May 31, 2023.