El vicerrector de Tecnología e Innovación Educativa, Faraón Llorens, lo tiene claro: «La sociedad de la información y el empleo de las nuevas tecnologías y las comunicaciones están provocando un cambio radical en el papel que desempeña una biblioteca universitaria». En este sentido, explica que «el volumen de información que, en la actualidad, está a disposición tanto de profesores como de alumnos ha aumentado de manera exponencial. El problema en la actualidad ya no es tanto la falta de información, o la dificultad en su obtención, como su selección y gestión». Por ello, asegura que «el reto fundamental al que se enfrentan las bibliotecas es el de dotarse de herramientas tecnológicas adecuadas que permitan a sus usuarios obtener lo más fácilmente posible una información de calidad».

Para ello, la Biblioteca de la UA se ha dotado de QUAE, un buscador científico que pretende reunir todas las fuentes documentales de las que dispone la Biblioteca, y permitir a los usuarios realizar búsquedas simultáneas. Además, se trata de una herramienta que el usuario puede adaptar a sus propios usos o necesidades, ya que es posible personalizar sus opciones de forma que siempre esté preparada para hacer las búsquedas que mejor respondan a sus preferencias. Por otro lado, también ha iniciado la elaboración de guías temáticas que, contando con la colaboración de los docentes, intentan seleccionar, en función de su contenido, aquellos recursos que se consideran más interesantes. Finalmente, ha puesto en marcha un gestor de referencias que trata de facilitar la elaboración de citas de los materiales documentales consultados.

Si hasta ahora la Biblioteca servía para hacer llegar a sus usuarios la información que se generaba en cualquier parte del mundo, ahora también se le pide que colabore en hacer llegar al mundo la producción académica y el patrimonio cultural de la Universidad. En el desarrollo de esta nueva función, como precisa Llorens, «resulta imprescindible el uso de las nuevas tecnologías de la información y comunicación de las que afortunadamente la Universidad de Alicante está suficientemente dotada y siempre a la vanguardia, gracias al trabajo continuo del Servicio de Informática».

El Repositorio Institucional de la Universidad de Alicante (RUA) nace precisamente de esa voluntad de mostrar al mundo la producción científica y docente de la UA. Uno de los objetivos es conseguir que la información sea completamente accesible de forma gratuita a través de Internet, así como una mayor visibilidad por parte de buscadores generalistas, como Google o Yahoo, por ejemplo.

El potencial del RUA hasta ahora viene avalado por las cifras. Así, en sólo un año, ha permitido más de 1.000.000 de descargas de documentos generados en la UA. El repositorio sirve, además, para almacenar, gestionar y preservar toda la documentación digital generada por la comunidad universitaria, y evitar así la dispersión física y la pérdida de trabajos.

«El éxito de este proyecto en la Universidad de Alicante no sólo se mide por el magnífico posicionamiento que hemos obtenido en el ranking mundial de repositorios sino, sobre todo, por los cada vez más frecuentes testimonios de nuestros investigadores que nos comentan que les han pedido una conferencia o una participación en un proyecto internacional después de leer los documentos que tenían publicados en el RUA», explica el director del Secretariado de Biblioteca Universitaria, Juan José Bayona.

Por su parte, el Open Course Ware de la Universidad de Alicante (OCW-UA) permite la publicación en línea del programa docente de las asignaturas y los cursos que propone el personal de la UA. El material va más allá de la asignatura en sí e incluye contenidos, objetivos, metodología, bibliografía, recursos adicionales, apuntes, actividades didácticas, prácticas o ejercicios, entre otros aspectos. El proyecto supone la participación de la UA en una iniciativa de ámbito mundial, Open Course Ware (OCW), fundada conjuntamente por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en colaboración con la Fundación William and Flora Hewlett y la Fundación Andrew W. Mellon, que se puso en marcha en abril de 2001, y que pretende proporcionar un acceso libre, sencillo y coherente a los materiales docentes para educadores, estudiantes y autodidactas; y generar espacios de colaboración entre universidades e instituciones educativas de todo el mundo. El OCW-UA cuenta en la actualidad con más de 84 cursos, y está prevista la inclusión en breve de otras 50 propuestas docentes.

A juicio del vicerrector de Tecnología e Innovación Educativa, «el RUA y el Open Course Ware reflejan, en cierto modo, uno de los objetivos de la Universidad de Alicante, que es abrir y difundir el conocimiento generado aquí a toda la sociedad. Tenemos que subirnos a Internet para mostrar todo lo bueno que tenemos y lo bien que se hacen las cosas». Además, destaca que «lo sorprendente es que la comunidad universitaria ha aceptado el conocimiento abierto de forma natural porque se ha dado cuenta de las ventajas y no porque nadie se lo imponga o porque se les financie de alguna manera». Asimismo, apunta que «esta Universidad siempre se ha caracterizado por su cultura tecnológica. En nuestro caso, la gente pide más hasta el punto de que el Servicio de Informática está desbordado».

CARTOTECA Y FONOTECA

En el ámbito de la difusión del patrimonio cultural de la UA, la Biblioteca también ha asumido otros dos proyectos que se han traducido en la Cartoteca Digital y en la Fonoteca Digital. Así, la Cartoteca Digital permite acceder a través de internet a las imágenes tomadas entre los años 1956 y 1957 por el servicio cartográfico del Ejército de Estados Unidos durante un vuelo fotogramétrico que cubrió todo el territorio nacional. Durante la Guerra Fría, el vuelo formó parte de un ambicioso proyecto destinado a realizar un levantamiento cartográfico de Europa. Una vez que el material fue desclasificado, se procedió a su venta, y fue entonces cuando el Instituto Universitario de Geografía de la UA adquirió todos los fotogramas que afectaban a la Comunidad Valenciana. El material se utilizó en numerosas ocasiones para trabajos de investigación y prácticas docentes. Finalmente, se puso en marcha un proyecto para digitalizar los fotogramas y, de esta forma, ofrecer un servicio de consulta abierto y gratuito a través de internet, de forma que se garantizara su difusión y su conservación. Por ello, se ha creado un portal en el que también se incluyen imágenes actuales para poder realizar comparativas, y otros recursos adicionales.

Junto a la Cartoteca, la Biblioteca Universitaria dispone de la Fonoteca Digital, que nace como respuesta a las donaciones de los fondos de Radio Alicante Cadena Ser y de Radio París. Por un lado, Radio Alicante Cadena Ser cedió aproximadamente unos 38.000 vinilos que reflejan la historia de la música española e internacional de los últimos 60 años. Por otro lado, el legado de Radio París fue donado por sus locutores, Julián Antonio Ramírez y Adelita del Campo, y recoge parte de los archivos sonoros de las emisiones en lengua española durante la dictadura franquista. Así, se pueden encontrar entrevistas hechas en el exilio al entonces Príncipe Juan Carlos, a Pablo Picasso, al cardenal Vicente Enrique y Tarancón o a Enrique Tierno Galván, entre otros. «La importancia de estos fondos sonoros, que ya están digitalizados, nos ha animado a iniciar un proyecto de investigación denominado "Devuélveme la voz", gracias al que se están contextualizando las grabaciones para poner de relieve su valor histórico», indica Juan José Bayona.

Una adaptación necesaria

El Espacio Europeo de Educación Superior también implica la adaptación de la Biblioteca a los retos que plantea. «Actualmente las bibliotecas de la Universidad de Alicante constituyen un importantísimo espacio de estudio tanto para nuestros alumnos como para numerosos usuarios externos y, de hecho, el servicio se presta las 24 horas del día, durante 365 días al año», comenta Llorens. Por ello, y como primera medida, avanza que «será necesario habilitar zonas de estudio donde, de acuerdo con la nueva filosofía del Plan de Bolonia, que apuesta por un sistema de enseñanza y aprendizaje más participativo, los alumnos puedan hablar e interactuar entre sí. Por tanto, tendremos que separar los espacios en los que siga manteniéndose el silencio de aquellos en los que se facilite el trabajo en grupo».

Por otra parte, como señala, «potenciar el aprendizaje autónomo por parte de los estudiantes requiere elaborar nuevos materiales docentes que saquen partido a las nuevas tecnologías y faciliten una docencia que ya no se desarrollará totalmente en las aulas». En esta línea, el Vicerrectorado, a través de los servicios de Biblioteca y de Informática, ha puesto en marcha desde hace unos meses la FragUA, situada en la planta baja de la Biblioteca General, para el desarrollo de proyectos docentes multimedia, con la finalidad de facilitar su creación a todos aquellos usuarios que lo deseen y que no tengan los conocimientos o equipos necesarios. Por este motivo, junto a los medios técnicos, también disponen de asesoramiento por parte de un equipo experto.

Entre otros servicios, la FragUA ofrece cámaras de vídeo y fotografía y portátiles en préstamo, y permite digitalizar apuntes, exámenes y otros documentos relacionados con la docencia, grabar vídeos, crear contenidos web, editar imágenes o recibir asesoramiento sobre derechos de autor. En principio, el servicio está dirigido a profesores y personal de administración y servicios, así como a alumnos bajo la tutoría o supervisión de un docente. También ofrece un servicio de préstamo de material audiovisual, que incluye cine y música, que puede también ser visionado o escuchado en las propias instalaciones de la Biblioteca.