Este martes 2 de mayo ha supuesto para muchos estudiantes de la Universidad de Alicante (UA) el regreso a las aulas después de tres semanas de vacaciones. El descanso por la Semana Santa terminó en realidad el 25 de abril, aunque con sólo dos días lectivos puesto que no hubo clase ni el lunes, fiesta local en San Vicente del Raspeig, ni el jueves y el viernes, con la festividad de la Santa Faz de Alicante y el posterior día de puente. El largo parón ha sido culminado además con el Primero de Mayo, que este año ha coincidido con un lunes.
Así, aunque la actividad se había retomado la semana anterior, para la mayoría este 2 de mayo ha sido la vuelta tras un largo periodo vacacional. Un regreso seguramente duro para muchos, y no por lo que implica en sí retomar la rutina, sino porque la realidad con la que se encuentran después de tres semanas de relax es bastante cruda: apenas queda un mes de curso, con todo lo que ello implica en cuanto a realización de exámenes y entrega de trabajos. Toca ponerse a punto tras haber dejado de lado las obligaciones académicas. Y eso genera mucha preocupación a los jóvenes.
Tanto es así que la proximidad de fechas de entrega de trabajos y realización de exámenes era este martes el principal tema de conversación para buena parte de los estudiantes. Más aún, incluso, que comentar lo que se hubiera hecho durante las vacaciones, aunque esa puesta al día tampoco faltara. En los corrillos en el césped o en los bancos, y en las mesas de las cafeterías, se hablaba sobre todo de cómo organizarse para hacer las prácticas pendientes, planificarse las horas y días de estudio o cotejar, calendario en mano, las fechas de los exámenes. La actualidad política, social y económica, al menos por hoy, quedaba totalmente fuera de sitio.
Estudiantes de la UA conversando en una terraza, este martes 2 de mayo. Foto: Rafa Arjones
La duración de las vacaciones de Semana Santa en la UA es una característica muy singular, al alargarse por la celebración de Santa Faz. Y no es extraño que la mayoría aproveche este periodo para desconectar totalmente de la vida académica, sin pensar en las consecuencias que eso puede tener a la vuelta. Sin embargo, el hecho de que este año la Semana Santa haya caído tan tarde, a mediados de abril, implica que el regreso pueda ser más traumático, sobre todo para quienes no han aprovechado ningún momento de los días de descanso para adelantar trabajo.
Semanas intensas por delante
La inminente llegada de los exámenes, ya a finales de este mismo mes en algunos casos, y los trabajos a entregar antes de ese momento, hacen que las últimas semanas del curso se vuelvan cuesta arriba, en claro contraste con la despreocupación de las vacaciones. Lo corrobora Laura Caballero, estudiante de Sociología, quien destaca que algunas fechas están "muy encima" pero admite que en los días de descanso no ha hecho nada. El primer día al regresar es el momento de comentar con los compañeros "qué has hecho en vacaciones, si has estado de fiesta o la vida social que has tenido estos días, pero también si has hecho los trabajos pendientes". En este sentido, comparte su preocupación con la que comparte mesa, a través de carcajadas cómplices que dejan ver cierto temor ante lo que se avecina.
Por su parte, Jorge Cortés, alumno de Administración y Dirección de Empresas, admite que en estas tres semanas de inactividad "nos hemos olvidado un poco de la Universidad, por lo que ahora nos toca recuperar el hábito". Y hay que hacerlo, añade, "porque ya es imposible escaparse" de las obligaciones, entre las que destaca también la entrega de trabajos y el estudio para los exámens. Comenta que, en cierta forma, "las vacaciones te rompen y cuesta volver a la rutina". Por ello, este primer día no deja de ser una "toma de contacto" con los amigos, para ir retomando la actividad.
Una visión similar tiene Irene Lara, estudiante de Turismo, quien también admite que "en vacaciones al final no haces nada" y luego "hay que entregar un montón de trabajos y te pilla el toro". "Ahora pagas las consecuencias y vas con prisas", apostilla. No tiene dudas de que el primer día tras el regreso "hablas sobre todo de eso: del estrés de ver que los exámenes están ahí y de que quieres sacar el curso". A su juicio, la larga duración del periodo de descanso influye; no lo ve como una queja, pero sí es consciente de que "cuesta bastante reengancharte después de tres semanas, porque te acostumbras a haber tenido todo el tiempo libre".
Reincorporarse a la rutina es también duro para estudiantes Erasmus como el belga Arthur Lembotte, que está pasando una estancia de seis meses en la UA y que cursa Económicas en el centro académico alicantino. Ha aprovechado una de las tres semanas de vacaciones para viajar a su país, pero las otras dos se ha quedado "haciendo turismo en Alicante: he ido a la playa, al castillo de Santa Bárbara y a la isla de Tabarca", señala. Y este martes toca "hablar de las vacaciones de cada uno", sí, pero también "de cómo planificar el calendario para organizarnos de aquí a final de curso, sobre todo por los exámenes y los trabajos en grupo que hay que hacer".
Para algunos, al estrés propio de final de curso se suman otras obligaciones. Un ejemplo es Samara Campaña, estudiante de Magisterio de Educación Infantil que además forma parte del Aula de Danza y el Aula de Teatro de la UA. "Tenemos la mayoría de las prácticas para final de curso y luego los exámenes muy juntos, entre el 30 de mayo y el 5 de junio, pero además tenemos estrenos de danza y teatro". Y éstos, agrega, "llevan muchísimas horas de preparación". Por ello, ella sí ha estado muy ocupada durante las vacaciones, y no dejará de estarlo de aquí a final de curso. "El día de la vuelta sólo hablamos del estrés que llevamos", afirma con estoica sonrisa.
Las opiniones
Laura Caballero, estudiante de Sociología: "Hablas de todo lo que has hecho, de dónde has estado y de si has ido de fiesta, pero también de si has hecho los trabajos pendientes, porque la entrega está muy encima".
Jorge Cortés, estudiante de Administración y Dirección de Empresas: "Las vacaciones te rompen y cuesta volver a la rutina, pero hay que coger el hábito otra vez, porque ya es imposible escaparse".
Irene Lara, estudiante de Turismo: "Al final durante las vacaciones no haces nada. Ahora pagas las consecuencias: tienes que entregar un montón de trabajos y te pilla el toro, vas con prisas".
Arthur Lembotte, estudiante de Económicas: "He aprovechado las vacaciones para hacer turismo por Alicante, por lo que ahora toca planificarse y hacer un calendario para preparar trabajos y exámenes".
Samara Campaña, estudiante de Magisterio de Educación Infantil: "Tengo la mayoría de las prácticas a final de curso, pero además tengo estrenos de danza y teatro y eso lleva muchísimas horas de preparación, por lo que hablo sobre todo del estrés que llevo".