El Instituto Oceanográfico, un organismo dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, considera que el descenso de la temperatura del mar, especialmente en los dos últimos años, es la principal causa que justificaría la abundante pesca de melvas -pescado azul de la variedad de los túnidos- y de mújoles (pescado del genero múgil) que se está produciendo desde hace semanas en los caladeros del distrito marítimo de Torrevieja. "Es un fenómeno relativamente nuevo", explicó a preguntas de este diario el oceanógrafo José María Bellido, director del Instituto Oceanográfico de Murcia.

El responsable de este organismo añadió que ambas especies realizan grandes recorridos y que pueden estar buscando aguas más cálidas, próximas a la costa, en su periplo por el mar. A esta circunstancia se uniría el hecho de que la flota pesquera está reorientando sus rutas en busca de nuevas capturas. Ambos hechos habrían coincidido durante las últimas semanas, aunque Bellido advierte que podría tratarse de una cuestión meramente "estacional" que puede dejar de darse igual de rápido que ha aparecido.

Redes

La situación actual, con nuevas capturas, no está pasando de largo para la flota pesquera que atraviesa un mal momento por la práctica desaparición de algunas de las especies tradicionales de estas aguas y que, además, alcanzaban un buen precio de cotización en la lonja.

Ante esta situación la flota ha tenido que adecuar sus redes reforzándolas para, de este modo, poder capturar con más seguridad pescados de mayor tamaño y peso que, aunque con menor cotización, están compensando el salir a faenar ante la difícil situación que atraviesan los pesqueros por la crisis.

De hecho, una caja de boquerón, un pescado tradicional hasta hace muy poco en estas aguas, ronda los 55 euros por caja (lo que viene a ser alrededor de 11 kilos), mientras que la de sardina alcanza los veinticinco euros. En cambio, las melvas que se capturan en estos momentos se cotizaban entre 6 y 7 euros y los mújoles se quedan en sólo tres euros por caja. El director del Centro Oceanográfico consideró positiva la ampliación de especies a capturar por los pesqueros de cerco e insistió en el hecho de que igual que en estos momentos existe una gran cantidad de grandes bancos pueden desaparecer de un momento a otro sin causa que lo justifique.