Unas 150 personas se reunieron ayer en La Murada, pedanía oriolana con menos de 2.000 vecinos censados, para reclamar soluciones a la inseguridad que sufren desde hace años y que se ha intensificado en las últimas semanas. Muchos tenían historias que contar en primera persona de atracos, asaltos y robos con armas blancas y de fuego, y por eso no entienden cómo ni el Ayuntamiento ni la Subdelegación del Gobierno responden con diligencia a sus reclamaciones.

Piden más vigilancia rural de la Guardia Civil y el retén policial con agentes las 24 horas del día que les prometió en campaña electoral la alcaldesa, Mónica Lorente, y que según la concejala de Seguridad, Mayte Valero, estará listo antes de fin de año. Además, solicitan una reunión urgente de la junta de seguridad local que se creó en septiembre de 2008.

"No nos creen"

Mientras tanto, en sus reuniones con la Subdelegación se les ha tildado de "exagerados", según la asociación de vecinos Asojoven, por lo que animan a todos los residentes a denunciar sus casos: "Luego tiran de estadística y no nos creen", lamentaban ayer al acabar la marcha. Ante las promesas, de momento incumplidas, y el ambiente de "tensión y miedo permanente", se preguntan a qué esperan las administraciones. "¿Hasta que haya consecuencias letales o mortales?" afirman, a la vez que advierten: "alcaldesa, ponte las pilas". Por lo que consideran una "manifiesta dejadez e incapacidad" para garantizar la seguridad ciudadana, avanzaron que si en los próximos días no observan una "disposición a solucionar nuestros sangrantes problemas" acudirán al delegado del Gobierno en Valencia, a los ministerios de Interior y Presidencia y a los directores de la Policía Nacional y la Guardia Civil para pedir "el cese por incapacidad de nuestros representantes", la subdelegada Encarna Llinares, concretaron después.

"Esto se ha hecho insoportable -contaban-. Nos roban el combustible sistemáticamente, queman coches por no darles las llaves, entran con armas en nuestra casa, nos roban a la salida de una tienda, en los parques y hasta en el campo a hombres de 80 años a golpes de palo. Hay delitos a diario y cada día nos sentimos más vulnerables y desprotegidos".