Todos los grupos políticos parecen ir en la misma dirección en lo que a la futura autovía Orihuela-Guardamar se refiere, al menos en cuanto al trazado que prefieren. Quieren que se retome el proyecto de 2002 de la CV-91 y se rechace la actual propuesta, que pasa por núcleos como Molins, Correntías o la Vereda don Faustino. La moción para ratificar que siguen manteniendo la unanimidad la presentó la socialista Antonia Moreno, alarmada por la recepción de un nuevo plano en el Ayuntamiento enviado por Conselleria con la explicación de que "de los análisis ambientales previos realizados se ha deducido la necesidad de ampliar la afección", es decir, de dibujar un corredor aún más grande que el que hizo salir a la calle a los vecinos. El edil de Urbanismo, Rodríguez Barberá, aseguró que "Conselleria sabe que Orihuela prefiere la alternativa de 2002, paralela al río" y reiteró que "está en condiciones" de asegurar que el trazado no será el actual "porque estuve con un técnico en la reunión (en Valencia) y se consensuó que sería el menos dañino". La alcaldesa pidió tranquilidad porque "volverá a salir a exposición pública y tendremos que pronunciarnos. Esta vez sí, las administraciones nos están escuchando".