El Ministerio de Agricultura, Medio Rural y Marino ha evaluado favorablemente el proyecto de conducciones para el aprovechamiento de las aguas regeneradas en las depuradoras de Torrevieja y las Playas de Orihuela a beneficio de cinco comunidades de regantes, con una superficie de 2.823 hectáreas.

Según un comunicado del Ministerio, el Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado hoy la declaración de impacto ambiental (DIA).

Agricultura ha indicado que da luz verde a la actuación siempre y cuando se cumplan las condiciones señaladas en la DIA para que queden adecuadamente protegidos el medio ambiente y los recursos naturales.

Este proyecto, promovido por la Dirección General del Agua del MARM, se engloba en el "Plan Integral de Aprovechamiento de las aguas depuradas de la zona de La Pedrera", realizado en 2002 y cuya finalidad es ordenar las infraestructuras hidráulicas para aprovechar los nuevos recursos procedentes de las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDARs) de Torrevieja, Playas de Orihuela y Pilar de la Horadada y distribuirlos entre las entidades de la Comunidad General de Regantes de La Pedrera, que suman unas 11.000 hectáreas.

Actualmente, los caudales para riego en esta zona proceden del trasvase Tajo-Segura, con una dotación asignada a esta Comunidad General de Regantes de unos 1.255 metros cúbicos por hectárea, lo que está muy por debajo de las necesidades hídricas de los cultivos.

Este proyecto tiene por objetivo posibilitar el uso por los regantes de otras fuentes alternativas de agua, como son las regeneradas procedentes de las depuradoras.

La primera fase de este proyecto será financiada por la Administración General del Estado y la segunda por la autonómica, y prevé abastecer a las citadas 2.823 hectáreas del total de 11.547 de los agricultores de La Pedrera.

No se contempla la posibilidad de cambio en los cultivos existentes ni la puesta en riego de parcelas que actualmente se encuentren en secano.

Para proteger la hidrología y la vegetación, la DIA exige la restauración de los márgenes afectados con vegetación autóctona y la prohibición de extraer tierras o áridos de los cauces, por lo que se deberá informar del origen de los aportes y del destino de los excedentes.

Para proteger la fauna, las obras se llevarán a cabo entre los meses de septiembre y marzo para no interferir en la época de cría, mientras que se instalarán pasos de salida de fauna en la balsa del Alto de Villamartín y se colocarán estructuras de nidificación en la chimenea de equilibrio.

También se realizará una prospección arqueológica de la zona y se restaurará la morfología del suelo cuando el enterramiento del colector afecte a vías pecuarias.

Junto a las medidas citadas, la DIA establece tres condiciones al proyecto, la primera el tratamiento de los residuos de obra, la segunda que se tengan en cuenta la aplicación de medidas para evitar incendios forestales, sobre todo en la ejecución de trabajos, y por último que se pida a la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) las correspondientes concesiones sobre zonas de préstamos de material.

Un programa de vigilancia ambiental permitirá realizar el seguimiento del cumplimiento de todas las medidas y condiciones determinadas en la DIA, según el Ministerio.