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Alrededor de 4.000 hectáreas de cultivos de la comarca de la Vega Baja, en el extremo sur de la Comunitat, están abandonadas a causa de la falta de agua y las condiciones precarias en la calidad, seguridad y alto precio que los agricultores tienen que pagar por el abastecimiento hídrico.

Todo ello unido a que no existen medios para producir, según han denunciado a EFE el presidente de la Asociación de Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Alicante, Eladio Aniorte, y el vicesecretario comarcal de La Unió de Llauradors i Ramaders en la Vega Baja, Daniel Martínez.

"El bajo precio del cultivo no compensa con el alto precio que hay que pagar para llevar a cabo el riego y el trabajo", ha indicado Aniorte.

Así, Martínez ha explicado que los cultivos abandonados, unas 4.000 hectáreas, corresponden a un veinte por ciento de las 20.000 totales de los regadíos, cuyo abastecimiento hídrico llega de los pantanos cercanos a la comarca.

Un 60 por ciento de la capacidad de estos pantanos pertenece por derecho a los agricultores de la Vega Baja, ha comentado el representante de La Unió, para quien "dependiendo del nivel del agua de los pantanos, se dispone de más o menos agua para regar".

Respecto a los recursos hídricos, Martínez ha criticado la utilización del agua de los pozos de sequía -extracción de agua de un acuífero subterráneo- para el regadío, puesto que "deberían dejarse solo para emergencias".

Con todo, a pesar de las hectáreas abandonadas y el abastecimiento de agua, la actual crisis económica no ha afectado a este sector.

En este sentido, el representante de La Unió en la Vega Baja ha explicado que la demanda de trabajo en la huerta de la comarca "es bastante alta", como por ejemplo la presente campaña de cítricos, recogida de uva y plantación de brócoli, que ha hecho que "el trabajo en este sector esté prácticamente desbordado".

Asimismo, Martínez ha explicado que el trabajo en la huerta de la comarca gira actualmente en torno a dos vertientes: por un lado están los propietarios latifundistas que dejaron las tierras para dedicarse al sector de la construcción y que ahora vuelven a explotarlas agrícolamente.

Por el otro, están las personas que, tras dejar la huerta para dedicarse a la construcción, vuelven como jornaleros al quedarse en paro, cambio que, unido "a la reducción de jornales en el sector", ha perjudicado "a los sin papeles", que están abandonando el trabajo en el campo vegabajense.

Así, Aniorte ha indicado que de un 90 por ciento de trabajadores inmigrantes dedicados a la agricultura hace unos años, actualmente sólo queda un 60 por ciento, al aumentar la demanda de trabajo de españoles. EFE

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